¡A rastras con el Speaker!

¡A rastras con el Speaker!

Sobre el Speaker del Parlamento británico ya hemos hablado en el blog. como os contamos en la entrada que le dedicamos,  es el «chief officer», funcionario jefe o, sencillamente, presidente de la Cámara de los Comunes o cámara legislativa del Parlamento de Westminster en el Reino Unido y por tanto su más alta autoridad. Preside y modera los debates, va dando los turnos de palabra a los diferentes parlamentarios y mantiene el orden en la sala. La verdad es que llegamos a la idea de dedicarle el artículo a esta figura, por lo famoso que se hizo la forma de poner orden que tenía John Bercow, al anterior diputado en el cargo. Su «Order, oooooorder….» gustaba en todas partes aunque muchas veces no sirviera de nada.

No deja de ser una curiosidad, pues no son los únicos presidentes de parlamento que tienen que poner orden en los debates. Pero los gritos que daba y su aspecto con el pelo desordenado y mucho gracejo le hizo conocido en el mundo entero. Precisamente, buceando por las redes en asuntos parlamentarios con los que preparar una entrada, nos hemos topado con otra curiosidad que hoy vamos a compartir en el blog. No es exclusivamente británica, punto desde el que partimos, pero sí es una costumbre o tradición a anglosajona: la de arrastrar al Speaker a su silla.

De esos polvos esos lodos, Mr. Speaker

Oímos hablar de «arrastrar» al speaker hasta su corner en un programa de Nieves Concostrina en –Acontece que no es poco– en la cadena SER. En realidad trataba del permiso que la reina María solicitó al parlamento británico el 31 de octubre de 1553 para casarse con el futuro rey Felipe II, entonces príncipe. En el transcurso de la charla comenta la curiosidad de arrastrar al speaker a su asiento tras haber sido elegido. Es una tradición que tiene seis siglos. En principio el puesto como tal no existía. Las noticias y recados del parlamento al rey las llevaban funcionarios al servicio del rey.

Pero en enero de 1376 o 77 durante el reinado de Eduardo III, se creó el puesto específico y se nombró a Sir Thomas Hungerford para el cargo. La función de este portavoz era la de

«avait les paroles pur les communes d’Angleterre en cet parliament»

Es decir, portaba la palabra de la Cámara de los Comunes.

Sir Thomas Hungerford

A pesar de lo apetecible que parece el cargo, la verdad era que no lo quería nadie. Era una profesión de riesgo. Si al monarca no le gustaba el recado que le llevaba podía decidir cortarle la cabeza allí mismo. Lo de matar al mensajero no era, ni es, cosa extraña. Cuentan las diferentes crónicas que hemos leído, y por resumir fechas, que hasta 1570 se decapitó a siete portavoces…. ¡riesgo extremo!

Ven pacá, señor Speaker

Con esos mimbres no es pues de extrañar que haya que empujar a sus señorías al sillón. Es evidente que antes más que ahora, pues ya cortar cabezas a hachazo limpio y de un tajo se lleva menos -metáforas aparte- pero la tradición se mantiene. La última vez hace bien poco: Lindsay Hoyle es desde noviembre de 2019 el nuevo ‘speaker’ de la Cámara de los Comunes británica. Ha sido el número dos de Bercow durante casi una década.

Aquí lo tenéis en plena pelea para no llegar a la silla presidencial y siendo llevado a regañadientes hasta allí. Además de este video, tenéis éste otro que hemos encontrado en el Twitter de Khemvirg Puente, que muestra el momento del arrastre del Speaker del Parlamento de Canadá:

 

 

 

Y este que va a continuación, del parlamento australiano. Países de la Commonwealth, países con tradiciones adaptadas de su metropoli.

 

Como es seña de identidad británica, mantener las formas es importante. Y este es un buen ejemplo de ello.