Acertar en el fondo …¡y en la forma!
Organizar correctamente un acto, preparar los escenarios donde van a tener lugar para darle a la ceremonia la mayor solemnidad posible, y de paso, la trascendencia que buscamos y la imagen que queremos transmitir, es misión del responsable de protocolo. Y la profesionalidad del mismo para conseguir ese objetivo no la mediremos solo por la correcta ordenación de los símbolos protocolarios o la estricta observancia de las normativas aplicables: también valoraremos el conjunto de elementos que escoja y utilice para convertir un acto en el que mejor se ajuste a la filosofía e intenciones que lo motivó. Y sobre todo, en un acto vivo, cálido, del que emane vida.
Esta es la reflexión que hago analizando esta firma en un Libro de Honor en la Comunidad Valenciana durante la inauguración de la Ciutat Esportiva de La Pobla de Vallbona, al que no le falta detalle técnico pero que transmite, o a mi me lo parece, una infinita frialdad.