Organizar correctamente un acto, preparar los escenarios donde van a tener lugar para darle a la ceremonia la mayor solemnidad posible, y de paso, la trascendencia que buscamos y la imagen que queremos transmitir, es misión del responsable de protocolo. Y la profesionalidad del mismo para conseguir ese objetivo no la mediremos solo por la correcta ordenación de los símbolos protocolarios o la estricta observancia de las normativas aplicables: también valoraremos el conjunto de elementos que escoja y utilice para convertir un acto en el que mejor se ajuste a la filosofía e intenciones que lo motivó. Y sobre todo, en un acto vivo, cálido, del que emane vida.
Esta es la reflexión que hago analizando esta firma en un Libro de Honor en la Comunidad Valenciana durante la inauguración de la Ciutat Esportiva de La Pobla de Vallbona, al que no le falta detalle técnico pero que transmite, o a mi me lo parece, una infinita frialdad.

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4 Comments
Parece un cuarto de baño, da hasta yuyu. Yo no firmaría.
Me alegro de que estemos de acuerdo! Pensé que era solo yo la que no firmaría…. Es una pena porque cuesta muy poco darle algo de calidez al las firmas.
Gracias por participar
Está esta chica castigada a escribir 100 veces algo, en una mesa del pasillo de colegio?
Incluso si así fuera, seria un castigo cruel y con alevosía!