¡Agüita fresca para el Papa!
Siempre que alguien tiene que hablar en público, los protocoleros -esos profesionales que andan tras los detalles- buscan la manera de que no le falte un sorbito de agua. Muchos lo necesitan: porque se reseca la boca, porque a veces necesitan un respiro, porque tranquiliza,…¡por lo que sea! En los atriles suele haber un pequeño estante que permita dejar un vaso, o incluso una pequeña jarrita de cristal; si son mesas de reuniones, la sinfonía de botellas de agua suele dar la nota, si es un escenario y el orador se enfrenta sin barrera al público de la sala, conviene que alguien esté atento para acercárselo en caso de necesidad.
Hay muchas formas discretas de tener el agua y la jarra a mano sin que sean un estorbo. Tenerlas a la vista, ¡no es que esté mal o prohibido!, pero se les da un protagonismo que no les corresponde y “ensucian” la imagen. O la desvirtúan: no pueden ser protagonistas de la foto. Así que hay que afinar un poco, que no es malo, ser creativos y buscar soluciones apropiadas a cada circunstancia, solemnidad o tipo de acto.
Hoy, que es viernes y toca comentario distendido tras la semana de trabajo, os traemos un gran ejemplo: ¡un ejemplo papal!
¡Buen fin de semana a todos! A ver cómo se porta con nosotros la semana que viene: empezamos la época de bodas y comuniones y esos son siempre asuntos a tratar.