Ascot: una cita imprescindible

Ascot: una cita imprescindible

Estas últimas semanas hemos estado muy británicos en el blog. El Duque de Edimburgo se ha comido parte del contenido que hemos publicado: entre el post resumen de su vida y la sonrisa ducal…¡no nos hemos movido de la isla! Y de tanto dar vueltas por el territorio hemos acabado dando con la idea para la entrada de hoy. ¿Hay algo más típico que el inicio de la temporada en Ascot?  Pues eso: ¡nos vamos a las carreras!

El hipódromo de Ascot

Lo primero es situarse en el mapa. El famoso hipódromo donde se celebran las no menos conocidas carreras de caballos purasangre está en Ascot una localidad situada en el Royal Borough of Windsor and Maidenhead, en el condado de Berkshire. Es decir, a unas pocas millas del Castillo de Windsor. Y por tanto, bastante unido a las tradiciones de la familia real británica. Allí se celebran las carreras anuales del Grupo1 en los que se dividen las categorías de los caballos. Entre las más conocidas o destacadas, la Ascot Gold Cup;  la King George VI and Queen Elizabeth Stakes o el British Champions Day con el que se cierra la temporada.

Aunque parece cosa de ahora, el hipódromo se construyó a principios del siglo XVIII y lo inauguró la reina Ana de Inglaterra en 1711. De hecho, la ubicación fue cosa suya: saliendo a pasear a caballo desde el Castillo de Windsor, los páramos que lo rodeaban le parecieron perfectos para galopar a toda velocidad por ellos. Dicho y hecho: en agosto de ese año se corrió la primera Her Majesty’s Plate dotada con 100 guineas*.

No tuvo edificios fijos hasta 1793 y tenía capacidad para 1.650 personas. Posteriormente, ya entrado el siglo XIX, se amplió con una nueva tribuna. La  administración del hipódromo la gestiona un representante asignado por la Corona: Her Majesty’s Representative at Ascot. Como curiosidad, esta figura la ocupó Lord Churchill en 1910. Actualmente, la gestión corresponde a la Ascot Authority (Holdings) Limited, Ascot, cuya junta directiva preside Johnny Weatherby.

Durante 1940 a 1943 no se celebraron carreras en sus instalaciones pues en ellas se estableció el ejército. Pero volvieron en 1945: el 21 de mayo la entonces princesa Isabel acudió a su primer Ascot. Como todos sabemos, la afición por los caballos de la reina II es tal que incluso es propietaria y criadora de caballos de carreras. Y sus purasangres participan en estas carreras. Los jinetes lucen sus propios colores: chaqueta morada cordones trenzados a modo de cierre también dorados, mangas de color rojo escarlata y una gorra de terciopelo negro con borlas doradas. Y por tradición, pues no se pierde una temporada, acude todos los años a la semana fantástica en la que se corre la Ascot Gold Cup, que en 2013 ganó uno de sus caballos. No suele faltar tampoco a la Diamond Jubilee Stakes.

Para que no haya dudas…¡el césped de la pista se corta a las 4 pulgadas reglamentarias! Exactamente.

Royal Ascot

Eso que tanto da para hablar y sobre todo, nos sirve para ver sombreros, son los cinco días de carreras más importantes y a las que asiste la familia real. Es decir, la semana de Ascot.  Cada uno de estos días empieza con la llegada en comitiva de la familia a las dos de la tarde: es una tradición que se cumple desde 1825 y que estableció el rey Jorge IV. La entrada se hace en carruaje  -el Royal Landau- mientras suena el himno nacional y se iza el estandarte Real. La Ascot Gold Cup se corre el tercer día: es del día de lucir la etiqueta más exquisita. La propia organización hace sus recomendaciones al respecto. Hay etiqueta marcada para los diferentes acontecimientos que se celebran durante esos días.

El acceso es restringido: de los cuatro posibles recintos con los que hoy cuenta Ascot, el Real es el Top One. Para poder acceder hay que hacer la correspondiente solicitud y avalarla con la firma de alguien que ya haya tenido acceso a dicho espacio al menos cuatro años. Aceptada la solicitud, se recibirá la correspondiente invitación que será de diferentes colores para cada uno de los días. Por supuesto, personales, intransferibles y escritas a mano.

El código de vestimenta para este recinto privilegiado es muy estricto: chaqué y sombrero de copa para ellos; traje de mañana con sombrero para ellas. Con una particularidad. la base del sombrero tiene que tener, por lo menos, 4 pulgadas o más de diámetro. Este código se estableció principios del siglo XIX por recomendación de Beau Brummel, que era muy amigo del futuro rey Jorge IV,  cuando éste ocupaba la regencia por la enfermedad de su padre el rey Jorge III. Ante la duda, en la web de Royal Ascot se cuelga una guía con ideas y recomendaciones -patrocinada por Longines– que hay que leerse porque es espectacular-. Este es el enlace.

Si no se puede acceder al privilegiado Espacio Real, se puede optar por el recinto Queen Anne con acceso al Parade Ring -desde el que ver llegar a la familia real- a la tribuna o al césped. En este recinto tienen la no menos curiosa tradición de cantar cuando acaban las carreras en el espacio donde se ubica el kiosko de la música. Aunque es menos formal, también tiene su propio código de vestimenta: traje de mañana y sombrero para las mujeres; traje y corbata para los hombre…¡y calcetines que cubran el tobillo! Este es el enlace a las recomendaciones: ¡sin extrañarse! Formal entre nosotros es una cosa: allí es otra.

Un poquito más relajado aun es el ambiente en el recinto Windsor: no hay código de vestimenta formal. Los asistentes a las carreras de esta parte de las instalaciones del hipódromo gozan del privilegio de ser los primeros en ver llegar los carruajes con la familia real. Es el espacio a los lados de la milla de acceso desde el Castillo de Windsor. Para rematar, en 2017 se creó un cuarto espacio desde el que asistir a las carreras. El Village Enclosure, en Heath, justo en medio del hipódromo. Es un ambiente mucho más festivo, bullicioso o ruidoso. Permite cenas al aire libre, hay música y una visita privilegiada de la tribuna y de la pista de carreras. A pesar de este aspecto más “callejero” no hay que olvidar el famoso código de vestimenta: similar al del recinto Queen Anne. ¡Nada de bermudas, vaqueros o similar! Fiesta no tiene el mismo significado en un país que en otro.  Este es el enlace.

Este año las carreras vuelven a tener público: el año pasado no las hubo. Ya está el calendario preparado y ya se pueden adquirir entradas. Y como todo está en la web, si a alguno le interesa este es el enlace a Royal Ascot.

Guinea, moneda británica que contenía un cuarto de onza de oro. Y que debe su nombre al país del que se traía el metal para acuñarla. Se reemplazó por la libra a principios del siglo XIX.

(Fotos: hipódromo de Ascot (Photo by Harry Trump/Getty Images); chaquetilla del jineteRoyal Landau,   sombrero (JONATHAN BRADY / PA WIRE/PA IMAGES / CORDON PRESS))