Carlos III se estrena en el Parlamento
La semana pasada se celebró la solemne apertura del periodo de sesiones del Parlamento en el Reino Unido. No lo mencionamos en nuestro saludo del lunes pasado con la intención de dejarlo para hoy: nos parece que es una ceremonia que merece algo más que una mención en un resumen. Es imposible evadirse del ritual y la pompa británica en determinados actos. Teniendo en cuenta que esta ceremonia la preside el monarca desde 1536, es especialmente llamativo ver a toda la cámara legislativa más antigua de las democracias europeas escenificando, todos a una, la tradición milenaria que tiene su origen en la época de los Tudor, de inició de los trabajos de sus diputados.
En el blog dedicamos ya toda una serie de entradas a esta apertura de las sesiones en mayo de 2013 cuando aun vivía la reina Isabel II. En la ceremonia del día 7 de noviembre de este año, el protagonista fue su hijo y actual rey, Carlos III. Se estrenaba en su función y esa diferencia nos permite comparar un acto con otro. ¿Se mantiene el desarrollo habitual, se cumplen las tradiciones que conlleva? ¿Hay novedades? De hecho, las hubo en su coronación si se compara con la de su madre. Por todo ello, el post de hoy es suyo.
Vamos, pues, a salir de casa para un día de mucho trabajo. Carlos III y la reina Camila salieron de Buckingham Palace en la carroza de Estado del Jubileo. El Rey lucía uniforme de almirante y la reina el mismo vestido que ya se puso para su coronación con la diadema de Estado de Jorge IV. También “viajan” al Parlamento los símbolos de la autoridad del monarca: “Cap of Maintenance”, Corona Imperial, Espada de Estado y capa, sacadas para la ocasión -y a las que presentan armas los soldados- de la Torre de Londres. Para asegurarse el regreso de vuelta al palacio, el vice chambelán de la Casa de Su Majestad -que hoy es una diputada, la conservadora Jo Churchill— se queda en Buckingham a modo de rehén. ¡Si no regresa a casa….. malo para la rehén!
El Rey accedió al edificio por la Entrada del Soberano. A su llegada se izó el Estandarte Real (y se arríó la Union Jack) en la Torre de Victoria. Los escenarios donde se desarrolla la ceremonia son varios y con mucha historia. Los tenéis en este post –Los escenarios de la obra– de la serie de mayo de 2013.
Aunque antes de su llegada se ha tenido que cumplir con otra tradición: la de revisar las bodegas. La llevan a cabo los “Yeoman of the Guard” desde que en 1605, Guy Fawkes cabecilla del complot de un grupo de católicos ingleses, fuera pillado allí dentro “infraganti” … ¡con pólvora y dispuesto a volar el Parlamento con el rey Jaime I y sus ministros dentro!
Una vez llegó al edificio se preparó en en el Robing Room donde se puso el manto de Estado -Robe of State- que perteneció a su abuelo el rey Jorge VI. La reina Camila, utilizó la de la reina Isabel II. Y se ciñó la Corona Imperial del Estado. Después se dirigieron en procesión –Procesión Real – a través de la Galería Real hasta la Cámara de los Lores. Delante de él se portaba la Gran Espada de Estado y la Cap -gorra/sombrero o bonete- de Maintenance, símbolos del poder soberano y de su autoridad. Esta secuencia y el croquis correspondiente lo podéis consultar en otra de esas entradas que dedicamos a la ceremonia en 2013: Representando la función: “los actores” en la apertura del Parlamento (I).Como os hemos comentado ya, el desarrollo de este acto es siempre el mismo.
Una vez tomó asiento, se cumplió con otro ritual que puede parecernos raro, pero que es de los más conocidos de esta ceremonia. Se envió a un emisario –Gentleman Usher of the Black Rod (el caballero Ujier de la Vara Negra), que desde febrero de 2018, es una dama, Sarah Clarke- en busca de los Comunes para anunciarles la llegada del Rey al Parlamento y decirles que fuesen a escuchar su discurso. Desde 1642, año en que Carlos I entrara a caballo a sacar de allí a cinco miembros del Parlamento, los soberanos no pueden entrar en la Cámara de los Comunes.
Como os contamos también en la serie de mayo de 2013, al pobre Caballero Ujier de la Vara Negra le dieron con la puerta en las narices y le obligaron a llamar las tres veces de rigor que manda la tradición antes de abrir. Cuando accedieron a franquearle la entrada, pasó a la sala y les dijo, inclinando la cabeza y dirigiéndose a ambos lados de la misma:
“Señor Presidente. El Rey ordena a esta honorable Cámara a asistir a Su Majestad inmediatamente en la Cámara de los Lores”.
Aceptaron, claro, pero de mala gana, de manera que se acercaron a la Cámara de los Lores protestando, charlando y con remolonería, entre ellos, el Premier Sunak o el líder de la oposición. El Rey, paciente, esperó a que llegasen.
Con los miembros de las dos Cámaras ya en la sala, llegó el momento de leer el discurso de la Corona. Titulamos nuestro primer post de aquella serie con el tradicional: “My Lords and Members of the House of Commons…». que es la fórmula que utiliza el monarca para iniciar su discurso. Y así también empezó en esta ocasión. Tenemos que tener claro, que aunque lo lea el Rey, es un texto que redacta el Gobierno. Y tiene que leerlo, según los usos parlamentarios del Reino Unido, en tono neutral. ¡Nada de dejar resquicio a posible apoyo o rechazo al mismo!
Sobre otros “actores” que participan en la ceremonia -caballeros, sargentos de armas,…- también hablamos en otro post de la serie. Sin todos ellos no sería una ceremonia tan vistosa ni con tanto boato.
Una vez que leyó el discurso, la ceremonia tocó a su fin y el monarca se despidió con la tradicional frase:
“Mis señores y miembros de la Cámara de los Comunes, oro para que la bendición de Dios todopoderoso habite en sus consejos”.
Le dio la mano a la reina y juntos recorrieron el mismo camino, en procesión hasta la “Robing Chamber”. Allí se quitaron coronas y mantos y retornaron, también con un gran despliegue, a Buckingham Palace.
Y hasta aquí la ceremonia. Como escribimos en la entrada sobre la jura de doña Leonor, y poniendo Gran Bretaña en vez de España en la misma frase: ” aunque el país sea muy distinto y hayan cambiado muchas cosas, el protocolo sigue sirviendo para representar y poner en escena el estado en el que vivimos”. Ellos con más pompa y boato que nosotros, manteniendo una tradición más larga que la nuestras, pero de la mano del ceremonial y del protocolo.
(Fotos: El País; Royal Central; El Heraldo; La República; ITV News;