Ceremonias en la Real Academia Española (I)

Ceremonias en la Real Academia Española (I)

Para sentarse en esta mesa y asistir al pleno de los jueves hay que ser académico. De la Real Academia Española.

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La institución que como dice su lema, Limpia, fija y da esplendor, se fundó para cuidar la lengua, la fundó el VIII Marqués de Villena, Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, en 1713 y según el primer artículo de sus actuales estatutos «es una institución con personalidad jurídica propia que tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico». El marqués fue su primer director, y desde entonces y hasta el actual, Darío Villanueva, que ocupa el cargo desde 2014, la Academia ha tenido treinta directores. Entre ellos Ramón Menéndez Pidal, Dámaso Alonso, Pedro Laín Entralgo, Manuel Alvar López o Fernando Lázaro Carreter por citar algunos de los últimos.

Actualmente la forman cuarenta y seis académicos de número*, aunque inicialmente fueran veinticuatro los miembros que la formaban, que ocupan sillones nombrados con algunas letras mayúsculas y minúsculas de nuestro abecedario. Pero están sin cubrir algunas plazas:  las que corresponden a las letras  «K», «M», «J», que ocuparon Ana María Matute (fallecida el 25 de junio de 2014);  Carlos Bousoño (fallecido el 24 de octubre de 2015)  y Francisco Nieva (fallecido el 10 de noviembre de 2016). La última académica, que ha ocupado el sillón “s” -que dejó vacío José Luis Pinillos en 2013-, ha sido Paz Battaner.  Fue elegida en diciembre de 2015 y leyó su discurso de ingreso el 29 de enero de este año.

Para cubrir las  vacantes en la Academia, el reglamento establece un procedimiento en sus artículos 7 a 11 . Según éste, es el Pleno quien acuerda la convocatoria de las plazas, a propuesta de la Junta de Gobierno,  y cuentan con cuatro meses para cubrirla. La convocatoria se comunica al ministerio competente en cada momento de nuestra historia ministerial y se publica en el BOE.  Abierta la convocatoria, se inicia la presentación de candidaturas. El periodo de presentación es de treinta días naturales a partir de la publicación en el BOE. Deben presentarse avaladas por tres académicos de número, pues sólo ellos son quienes pueden tomar la iniciativa. Acompañará a la candidatura la lista de méritos que estimen son los que avalan su elección como miembro de la RAE. Pueden optar a cubrir la vacante de académicos de número “los españoles que se hayan distinguido por su creación literaria o por sus conocimientos científicos en relación con las tareas de la institución, y que, en todo caso, tengan acreditada una sobresaliente calidad en el uso de la lengua española. Art. 9”.

En el primer Pleno ordinario cumplido el plazo, se da cuenta de las candidaturas presentadas. Pero no será hasta el siguiente Pleno ordinario -que se celebran todos los jueves del año- cuando uno de los firmantes de la candidatura exponga los méritos del candidato. Siete días más tarde,  los académicos votan. Y no podrán contar nada de lo allí visto y oído. Así lo manda el reglamento (Art.10).

El académico electo toma posesión de su sillón en una ceremonia que se celebra en el Salón de Actos leyendo un discurso dentro de un “plazo improrrogable de dos años a partir de su elección». Esta formalidad, hoy obligatoria para que el académico pase de electo a ser miembro de pleno derecho,  es una tradición que se inició en 1847. Los discursos se imprimen y  con motivo del III Centenario de la institución, se pueden adquirir en este enlace los doce que ya están publicados en esta nueva colección.

El Salón de Actos está en la segunda planta del edificio sede de la RAE en la calle Felipe IV de Madrid. Se accede por la escalera principal, la de los girasoles dorados que se giran al paso de la Reina cuando va de visita.

Al acto acuden numerosas autoridades de la vida cultural y es una ceremonia solemne.

Los académicos antes de acceder al Salón de Actos, se dan cita en la Sala Dámaso Alonso, que guarda la biblioteca cedida por el filólogo y antiguo director a la Academia, para saludarse y acceder juntos al estrado del salón por la puerta lateral. Allí ocupan  sus asientos en  el espacio reservado exclusivamente para ellos en el lado derecho. El académico electo, que también les acompaña en la sala, sin embargo no entra en el Salón. Espera a ser llamado.

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Preside el director de la Academia acompañado del secretario de la institución y, habitualmente en estas ceremonias, el ministro del ramo o alguna vez también, algún miembro de la familia real. Una vez iniciada la sesión los avalistas que firmaron la  candidatura del nuevo académico le van a recoger a la sala donde ha quedado en espera y juntos acceden al Salón de Actos. Entra por la puerta principal y recorre el pasillo hasta el estrado flanqueado por sus padrinos. Allí ocupa el puesto reservado para la lectura de su discurso de ingreso. Antes uno de los firmantes le da la bienvenida con un discurso de acogida. Manda el ceremonial, que tras la lectura del discurso de ingreso, el presidente le advierta de que ya es miembro de pleno derecho y, por tanto, puede pasar al “lado de los académicos” para saludar a sus nuevos compañeros.

En la ceremonia el presidente impone al nuevo académico de número la medalla que le acredita. Las medallas, en uso desde 1847, se devuelve cuando fallece el académico. En el anverso está representado el emblema de a RAE: un crisol en el fuego, con la leyenda Limpia, fija y da esplendor. También reciben el pliego con su nombramiento.

   

La etiqueta requerida es -como en toda ceremonia de mañana de máxima solemnidad– el frac para los hombres -con la particularidad de que lucirán pajarita y chaleco negro, que es lo adecuado a los actos académicos o a las visitas al Papa- y traje largo para las mujeres.

 

*además, de “un máximo de sesenta académicos correspondientes españoles, los académicos correspondientes extranjeros que el Pleno de la corporación decida nombrar, entre ellos todos los miembros de número de las Academias correspondientes, y los académicos honorarios que el Pleno designe”, Art .6.

(Fotos: archivo propio, FaceBook de la Academia y EFE! Invitación cedida para este posr por María Gómez Requejo @MariaPSC)