Con el nudo en la garganta
Es frecuente pillar a una mujer mirándose de reojo en el espejo para comprobar si se le ha corrido el rimmel. Tampoco es raro ver que se estira la falda cuando se sienta, se recoloca un pañuelo que lleva al cuello o se atusa un poco el pelo. Igual de frecuente es, en un hombre, ver que estira los brazos para poner bien los puños, se estira la chaqueta o se ajusta el nudo de la corbata. Son gestos muy frecuentes. Pero, que lo hagan dos a la vez y que encima sean padre e hijo o Rey y Príncipe….¡ya es tener mucha suerte!