Los consortes: normalidad en el horizonte

Los consortes: normalidad en el horizonte

Con motivo de la visita de Trump a Bruselas, los medios de comunicación y muchos blogueros de protocolo, han comentado la foto de los consortes con la reina Matilde de Bélgica en el Palacio de Laeken. Sus parejas se reunían a trabajar en una cumbre Europa-EEUU y los consortes participaban en programa social que se prepara en este tipo de reuniones de alto nivel para los acompañantes. Suelen ser visitas a hospitales, a museos, a instituciones benéficas o a visitas a monumentos y lugares emblemáticos. Si a los mandatarios se les inmortaliza en las consabidas fotos de familia…

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…a sus parejas, también:

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Esta es la foto tan comentada que hemos mencionado. A nadie se le escapa que entre tantas mujeres hay un hombre. Sería bastante normal, dado que ellas van accediendo a ciertos puestos con mando en plaza. Pero el comentario no viene porque sea el marido de una primera ministra o una reina, o una canciller o una jefa de estado. Es porque  Gauthier Destenay, es el “primer caballero de Luxemburgo”. Es, desde 2015, el marido del primer ministro Xavier Bettel. 

Al hilo de estos comentario, nosotros nos hemos hecho dos preguntas.

Una: ¿por qué ha llamado la atención la foto si no es la primera vez que el marido del primero ministro de Luxemburgo le acompaña a actos oficiales?
Dos: ¿por que los consortes acompañan a los mandatarios?

De la primera, suponemos, que ha sido así porque de otras ocasiones o no ha habido foto de consortes o no ha habido programa social que pusiera de manifiesto el dato y los medios no se han manifestado tanto. Y decimos “tanto” porque desapercibido no pasa. En marzo de este mismo año se celebró  el 60 aniversario de la firma del Tratado de Roma. Entre los actos del programa estaba la visita al Papa en el Vaticano. A ella acudieron los líderes europeos con sus parejas. Entre los consortes estaba el primer ministro de Luxemburgo, a quien, consecuentemente, acompañó su marido. Los servicios de protocolo del Vaticano le dieron el mismo tratamiento a la pareja que a las demás invitadas a la visita: el Prefecto de la Casa Pontificia le recibió en el Patio de San Dámaso y les acompañó a las salas donde se fueron reuniendo los mandatarios para su charla con el Papa:

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…y a la posterior foto de familia en la Capilla Sixtina.

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La segunda pregunta, consecuencia de la primera, nos lleva a reflexionar a partir de algunas premisas obvias:
-que a los mandatarios les acompañen sus mujeres remite a épocas en las que el papel de la mujer era el de estar supeditadas al de sus maridos;
-que a los mandatarios les acompañen sus mujeres pone a éstas en el papel de “adorno” : ellos ponen la cabeza y ellas la belleza;
-que a los mandatarios les acompañen sus mujeres eleva el puesto de “mujer de”, a rango;
-que a lo mandatarios les acompañen sus mujeres exige que no trabajen para poder acompañarles (salvo en el caso en el que haya papel definido para ellas);

Y nos lleva a una conclusión básica.  Seguimos con estructuras sociales en las que se mantiene un papel secundario para las mujeres o, lo que es lo mismo, para el papel que se les reservaba. En todos los ámbitos. Y eso incluye el oficial: y es en los actos donde más salta a la vista. Aun no hemos incorporado ni las nuevas familias, ni los cambios de la sociedad, al “aparato” y, consecuentemente, resulta raro y llama la atención,  que un puesto “femenino” lo ocupe un hombre. El hecho de que sea una pareja homosexual lo pone aun más de relieve.

Por ello, una propuesta, así, a lo bravo. ¿Qué tal si empezásemos por quitar de cumbres y reuniones, de viajes y visitas,  a los consortes -¿cuántas veces vemos al Sr. Merkel en las fotos?- por el simple hecho de serlo?  Y sin entrar en asuntos económicos, de organización o de protocolo… ¡que daría para muchos post más!

No es por quitar méritos a nadie, pero a trabajar, uno no se lleva a su mujer, o a su marido, a la oficina.

 

 

 

(Fotos: elpaís.com. TW Xavier Bettel, AFP)