El cuerpo diplomático: representantes en otro país
Hace tiempo que no le dedicamos una entrada al asunto diplomático. Hemos visto varios aspectos relativos al tema: el nuncio, embajadas o representaciones permanentes, la entrega de cartas credenciales, el lenguaje diplomático, las cartas de los cónsules, la valija diplomática, la recepción al cuerpo diplomático acreditado en nuestro país, e, incluso, algún que otro comentario protocolario.
Pero releyendo la lista nos hemos dado cuenta de que nos hemos dejado en el tintero al cuerpo diplomático. ¿Qué significa? ¿Qué es? ¿Quien lo compone?
El cuerpo diplomático
Es el «conjunto de representantes diplomáticos acreditados con carácter permanente en un determinado país». ¿Se puede saber quienes son? Si. Los representantes permanentes se incluyen en la Lista diplomática que publica el departamento de protocolo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación cada cierto tiempo. En el enlace, tenéis la actual publicada en su web. No incluye ni al personal administrativo, ni al doméstico de las diferentes embajadas. Tampoco lo están enviados especiales -los nombrados para llevar a cabo misiones extraordinarias- , ni los funcionarios consulares.
Al frente del cuerpo diplomático está el decano. Evidentemente, es aquel embajador de mayor antigüedad acreditado ante el jefe del Estado. En la mayoría de países europeos y latinoamericanos se reconoce la práctica internacional de que sea el Nuncio Papal -representante del Vaticano- quien ejerza de decano.
El acceso a la carrera diplomática
Evidentemente, para entrar en la lista diplomática hay que ser diplomático y además, ejercer. Hoy se accede a la carrera a través de un proceso de selección que convoca el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Para poder presentarse a esta selección hay que ser cumplir los siguientes requisitos:
-tener nacionalidad española
-ser mayor de edad
-y estar en posesión de un título universitario de licenciado, ingeniero, arquitecto o grado
El proceso consta de dos fases. La primera es una oposición: son varios ejercicios tanto orales como escritos, sobre cultura general, además de los específicos del temario que se prepara para cada convocatoria -Organizaciones Internacionales; Unión Europea; economía general, internacional, española, y de la Unión Europea; cooperación para el desarrollo; sociología; historia; relaciones internacionales y política exterior-, idiomas, comentario de texto y entrevista personal.
Si se aprueba la primera fase se accede a un curso práctico y eliminatorio en el que se atiende a clases y visitas. Se trata de valorar las habilidades de los aspirantes en el desarrollo de las funciones que van a llevar a cabo.