Dame la mano… ¡toma el pie que es más sano!
Eso decíamos de niños a modo de broma cuando alguien alargaba la mano para saludar y la gracia era retirarla y dejarle con el brazo estirado, cosa que provocaba grandes risas.
Dándole vueltas a las fotos que nos ayudan a inspirarnos para las entradas, nos hemos topado con ésta:
¡No creemos que los políticos jueguen como nosotros de niños pero los que se quedan con la mano tonta, sí ponen las mismas caras que nos daban tanta risa a nosotros!