De visita en el Vaticano
Hace unas semanas bullía en los medios de comunicación la visita de los Reyes de Jordania al Papa en el Vaticano. Comentarios hubo a miles. Aunque el más frecuente sea el de “lo mucho que se salta el protocolo”, en esa ocasión lo más comentado fue el saludo a la Reina Rania, ante quien inclinó la cabeza. Gesto de un caballero ante una dama. Sin más.
Al hilo de este saludo, nos preguntamos: mucho quejarse de cómo saluda el Papa Francisco, pero ¿cómo se le saluda a él? ¿Lo sabemos?
El Papa, además de pastor supremo de la iglesia católica es también un Jefe de Estado: del minúsculo Estado del Vaticano. Recibe muy a menudo a sus homólogos y a otras autoridades destacadas de muchos países.
Hay de todo en la “viña del Señor”, y por tanto también, hay todo tipo de sorpresas protocolarias en estas visitas. La “Oficina para las celebraciones litúrgicas del Sumo Pontífice” recomienda sencillez y naturalidad en todos los gestos relacionados con la visita y aunque no ha publicado ninguna normativa al respecto se utilizan los manuales que el anterior maestro de las celebraciones litúrgicas del Papa fue utilizando desde su nombramiento en 1987 a modo de guía.
¿Cómo se le saluda?
Será el Papa el que inicie el saludo: extenderá la mano para que el visitante bese su anillo, símbolo de su autoridad, que sin embargo no se llegará a besar de verdad. Es suficiente con el gesto. A la vez, los hombres inclinarán ligeramente el cuerpo y las mujeres harán una sencilla reverencia. Pero, ¡atención!, sólo los que profesen la religión católica.
Para el resto, es suficiente con un apretón de manos. (La citada oficina recomienda un simple apretón de manos con una pequeña inclinación de la cabeza para evitar gestos o movimientos extraños).
Durante el saludo, se le dice: “Santidad”
¿Cómo vestirse?
Ya lo comentamos en la entrada Adecuadamente vestidos para ver al Papa, del 11 septiembre 2012, hace justo un año. Pero, en resumen:
Hombres: se recomienda un traje oscuro, con corbata. Puede utilizarse también uniforme (si se diera el caso) o traje nacional (en éstos supervisan que no sean demasiado estridentes).
Mujeres: se recomienda usar un vestido –largo a la rodilla- de tonos oscuros, sin escotes y con manga larga.
El uso de la mantilla es opcional. Sólo las reinas católicas, y las consortes de monarcas católicos, pueden presentarse ante el Papa de blanco. Este es un gesto que el Vaticano quiso tener con las Casas Reales que se mantuvieron fieles a la iglesia católica en la Europa del siglo XVI. Es lo que se conoce como “el privilegio de blanco”.