Cómo organizar un desayuno de trabajo
Cada vez es más frecuente que las jornadas de trabajo se inicien con un desayuno. Aunque parece un asunto liviano, no deja de ser una reunión encubierta que permite empezar el día pronto -restándole minutos al “cafelito” mañanero que, en unos países más que en otros, se alarga por costumbre y tradición– y que, por tanto, conviene preparar.
Si el desayuno- además, se plantea como plataforma para lucimiento de autoridades o políticos habrá que partir de la base que es también un acto que puede utilizarse como soporte de algún mensaje. Y eso conlleva pensar en que es posible que se convoque a los medios de comunicación. Por tanto, hay que preparar dos escenarios distintos pero complementarios.
¿Qué pongo para el desayuno?
Evidentemente, no es lo mismo reunirse a desayunar en Estados Unidos o en el Reino Unido, que aquí: huevos revueltos, salchichas o sandwiches no son lo mismo que café, pastas o bollería pequeña. Requiere que la mesa se monte de diferente manera.
Para poder manejarse con comodidad tanto para disfrutar del café como para utilizar el bolígrafo, hay que proceder con mesura. Para desayunar, café, infusiones, agua y zumo; alguna pieza pequeña de bollería o pastas. Secas. Hay que evitar desmigados y churretones. En mesa auxiliar se pueden dejar los termos de café, leche y agua, además de los sobrecitos de las infusiones, azúcar y sacarina. ¡Los participantes no van a desayunar, estrictamente hablando! Eso lo habrán hecho en sus casas. Es más un detalle de cortesía: para ayudar a pasar las horas que van a estar trabajando.
Si, como hemos comentado, está previsto que haya medios de comunicación, el momento de la foto es siempre al principio: antes de servir la primera gota de café. ¡Las mesas llenas de restos dan muy mala imagen!
¿Qué pongo para trabajar?
En el fondo, lo del café es anecdótico. Lo importante es el trabajo. Por tanto, la mesa debe estar despejada. Además de los elementos mínimos para tomar el café -¡taza y cuchara!- el protagonista es el papel o el ordenador, tablet o cualquier otro elemento de trabajo necesario para la reunión.
Otros elementos a tener en cuenta en la mesa son folios, bolígrafos o papel. No hace falta poner un surtido al por mayor: solo por si hace falta algo. Si la cosa se pusiera muy tensa, ¡seguro que avisaban desde dentro para que se les llevara lo necesario!
Y fuera de la mesa, pero no por ello menos importante: ¡enchufes! Que hoy no hay vida sin electricidad para todos los aparatos que cargamos. Y wifi. ¡Es lo primero que se pide! Un detalle es imprimir unas tarjetas con la clave del wifi y ponerlas en cada puesto de la mesa.
Nada es fijo, nada es obligatorio. Hay que ajustarse a las necesidades y tratar de ser prácticos. ¡Y sacar consecuencias para ir mejorando! La experiencia es una buena lección.