El corazón de María
El corazón de la reina María de Rumanía
La semana pasada se celebró en Rumanía una curiosa ceremonia: el traslado del cofre que contiene el corazón de la Reina María desde el Museo de Historia en Bucarest al Palacio de Pelisor, donde ella murió en 1938. Lo contó la prensa nacional y a nosotros nos ha parecido una ceremonia de la que merece la pena saber algo más.
Rumania es una república desde 1947 y por tanto, su Familia Real no ocupa portadas en las revistas del corazón y a sus miembros no se les persigue como a otros miembros de casas reales europeas “en activo”. No obstante, nunca está de más saber algo nuevo, así que hemos rebuscado en los archivos y al menos, al menos, hacernos una pequeña idea de quién fue esta reina no hace mal a nadie.
La reina María
María de Sajonia-Coburgo-Gotha nació el 29 de octubre de 1875 en Eastwell Park, Kent, Reino Unido. Era hija de príncipe Alfredo de Sajonia-Coburgo-Gotha, duque de Edimburgo, y de Sajonia-Coburgo-Gotha, segundo hijo de la reina Victoria, y de la gran duquesa María Aleksándrovna de Rusia, hija del zar Alejandro II de Rusia.
Alfredo de Sajonia Coburgo Gotha y María Aleksándrovna de Rusia
Creció en el Reino Unido hasta los seis años, cuando la familia se trasladó a Malta porque su padre fue nombrado comandante de la escuadra naval del Mediterráneo. Allí vivieron tres años en el Palacio de San Antonio pero dejaron la isla para instalarse en Coburgo en 1889 al convertirse el padre en heredero de su tío Ernesto II al Ducado de Sajonia-Coburgo-Gotha y tenerse que hacer cargo de esta herencia..
La familia quiso que se casara con Jorge de Gales, su primo y futuro rey Jorge V, pero al ser primos directos, la Gran Duquesa, madre de María, se negó a autorizar la boda porque su confesión ortodoxa lo prohibía. Así que, aprovechando que el rey Carlos (Carol) I de Rumanía buscaba mujer para su sobrino y heredero, Fernando, se decidió poner a los jóvenes en contacto y ver si se llegaba a un acuerdo matrimonial.
Así fue: María y Fernando se casaron en el Castillo de Sigmaringen –origen de la familia del futuro rey de Rumanía- el 10 de enero de 1893. Por los ritos anglicano y católico, además de por lo civil. Tuvieron seis hijos: Carlos, Isabel, María, Nicolás, Elena y Mircea.
Su matrimonio, muy difícil, no acabó en ruptura, lo que que tampoco significa que la reina no tuviese sus amantes. De hecho, se le achaca una vida más bien licenciosa.
La familia de María de Rumanía
Fernando I fue coronado rey, y con él, su mujer la reina María en 1922 en una ceremonia celebrada en Alba Iulia, la ciudad donde se proclamó el 1 diciembre de 1918 (Día de la Unificación) la unión de Transilvania al reino de Rumania, aunque habían asumido el trono en 1914.
Fernando murió en 1927 y la corona pasó a Miguel, un niño de seis años, nieto de la reina María e hijo de Carlos II, el mayor de sus seis hijos, y Elena de Grecia, su segunda mujer. El primer matrimonio con la plebeya Zizi Lambrino, había llevado a Fernando I a deslegitimarle para ocupar el trono.
Elena de Grecia y Zizi Lambrino
La regencia del país quedó un consejo, que su abuelo, según rezaba en su testamento presidiría el Tío de Miguel, príncipe Nicolás de Rumania y del que formaban parte, además, el Patriarca ortodoxo Miron Cristea y Jorge Buzdugan, presidente del Tribunal Supremo.
Aunque poco le duró el trono al nieto, porque su padre, ya como Carlos II y aprovechando la confusión que había en Europa y la poca edad de su hijo, le derrocó y accedió al trono en junio de 1930. Desde ese momento no paró, mientras pudo, de perseguir a su madre por considerarla culpable de la desligitimación.
La reina enfermó de cáncer en 1937 y fue trasladada a un hospital italiano para tratar de curar la enfermedad. Al no remitir y estando ya en un estado irreversible, ella quiso volver a Rumanía, consciente de que se moría, pero su hijo se negó a dejar que volviera en avión y hubo que hacer el viaje en tren. Se instaló en el Castillo Pelisor, en Sinaia, donde murió el 18 de julio de 1938.
Castillo Pelisor
La enterraron en el Monasterio de Curtea de Arges, pero, atendiendo a sus propios deseos, su corazón se guardó en un cofre de oro con idea de que descansara en una capilla –Stella Maris- especialmente construida para el puerto de Balcic, ciudad costera en el Mar Negro, donde la familia real rumana tenía un castillo, su residencia favorita de verano. Pero en 1940, esta región de la costa rumana fue devuelta a Bulgaria y hubo que trasladar el cofre al Castillo de Bran, situado en los Cárpatos, y muy popular por ser considerado el Castillo del Conde Drácula, pero también otra residencia real muy del agrado de la Reina.
El último viaje de María
Pero, ahí no acabó su periplo: durante la época comunista, la capilla fue profanada, el castillo confiscado por el estado y el cofre con el corazón de María, trasladado al Museo Nacional de Historia de Bucarest.
De allí es de donde, en procesión salió este 3 de noviembre 2015 para descansar definitivamente -¡se supone!- en el Palacio de Pelisor. Ha quedado depositado en el mismo cuarto donde murió la reina.
Presidió la ceremonia de traslado Margarita de Rumanía, la mayor de los hijos del ex rey Miguel I y su heredera.
El cofre se cubrió con las banderas rumana y británica y sonaron los himnos de ambos países. Dos soldados del Regimiento de la Guardia, acompañados de ocho gendarmes, cargaron el cofre desde el museo hasta un coche aparcado unos metros más allá de la puerta principal. Se formó una pequeña comitiva con los descendientes de la reina, las autoridades rumanas y algunas autoridades extranjeras que acompañaron el cofre por la calle Victoria –llena de agente- de la capital hasta dicho automóvil. Posteriormente, la caravana se trasladó al Castillo de Pelisor, situado a unos 120 km de la capital, y la ceremonia acabó en familia.
(Fotos: imbratisare .blogspot.com.es; DANIEL MIHAILESCU (AFP); http://www.schloss-sigmaringen.de/; http://www.viajes-rumania.com/; Wikipedia, cheddarbay.com y foros reales)