El homenaje a los caídos por España

El homenaje a los caídos por España

El jueves pasado se celebró la Fiesta Nacional. Habitualmente dedicamos un post a la celebración y a los aspectos protocolarios de la misma. Este año también, aunque lo hayamos retrasado un poco. ¡Para variar! El acto principal es el desfile militar que recorre alguna arteria central de la ciudad de Madrid. Este año, el paseo de la Castellana desde la Plaza de San Juan de la Cruz a la de Cuzco. Como todo acto protocolario, seguirá un guion o esquema que se diseña entre los diferentes departamentos de protocolo de las instituciones promotoras del acto, y que cumplirá con los hitos clásicos de un acto de esta envergadura. Entre ellos el homenaje a los caídos por España al que dedicamos hoy el post.

Secuencia del homenaje

Habitualmente, se lleva a cabo tras la llegada de los Reyes, los saludos y la rendición de honores. Lo primero es izar la bandera de España con los honores reglamentarios. Este año, también ha llegado volando: sujeta a un paracaidista de la patrulla acrobática del ejército del aire (PAPEA). Es una pieza de 54 m2 que pesa 15 kg.  Se iza en el mástil a los acordes del himno nacional mientras suenan las salvas de cañón.


En cuanto empiece a ondear salen de su puesto en la formación los guiones y banderines, así como los portadores de la corona de laurel, que van a participar en el homenaje. Junto a ellos también lo hacen familiares de militares o civiles -este año, por ejemplo, estaba la madre de Ignacio  Echeverría, el héroe de la matanza terrorista de Londres- que han muerto en misiones del ejército. Todos quedan en espera de iniciarse la ceremonia.

En ese momento se recita la oración en su memoria:

Lo demandó el honor y obedecieron,
lo requirió el deber y lo acataron;
con su sangre la empresa rubricaron
con su esfuerzo la Patria engrandecieron.
Fueron grandes y fuertes, porque fueron
fieles al juramento que empeñaron.
Por eso como valientes lucharon,
y como héroes murieron.
Por la Patria morir fue su destino,
querer a España su pasión eterna,
servir en los Ejércitos su vocación y sino.
No quisieron servir a otra Bandera,
no quisieron andar otro camino,
no supieron vivir de otra manera.

homenaje

E inmediatamente después, las estrofas centrales de La muerte no es el final. Esta canción, compuesta por el sacerdote Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991), es desde 1981 el himno elegido por las fuerzas armadas para honrar a los caídos. Mientras suena la música de esta canción se acercan al monumento preparado para la ceremonia, la corona de laurel, los banderines y guiones portados por miembros de la Guardia Real y los familiares que participan en el acto. Esas son las estrofas que se cantan:

Cuando la pena nos alcanza
por un hermano perdido
cuando el adiós dolorido
busca en la Fe su esperanza.

En Tu palabra confiamos
con la certeza que Tú
ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.
Ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz

Una vez se han situado al pie del mismo, el Rey baja de la tribuna real y se dirige hacia allí. Deposita la corona de laurel como ofrenda en el monumento. Inmediatamente después suena el toque de oración. Con el último sonido de este toque sobrevuela el espacio aéreo la Patrulla Águila del Ejército del Aire. De fondo se escucha la descarga de fusilería. Este año ha sido responsable de la misma,  la escuadrilla Plus Ultra.

Este homenaje, de la misma forma o con algunas variaciones, no sólo se celebra el día de la Fiesta Nacional. Hay otras oportunidades a lo largo del año para verlo: esperamos que esta «pequeña guía» ayude a seguirlo.

 

(Fotos: web del Ministerio de Defensa, web de Casa Real, Europa Press y El Independiente.com)