El sombrero de copa, de Mihura; el top hat, de Fred Astaire
Los sombreros de copa -que también se conocen como chistera o galera**- son el complemento perfecto del frac y del chaqué: lo vimos en las correspondientes entradas. Sin embargo en ninguno de estos post sobre las prendas que componen esas dos indumentarias protocolarias contamos detalles del sombrero en si, su historia y su forma. Tampoco nada sobre la forma de lucirlo.
Hemos dado un par de vueltas a nuestros libros de cabecera sobre la indumentaria masculina para comparar informaciones y detalles: de todos es conocido que cada uno cuenta la historia como le conviene. En una web sobre bodas por ejemplo, aconsejan el uso de este tipo de sombrero “a los bajitos” y a los novios “divertidos”; y en otra de recomendaciones y consejos para vestir correctamente, que “continuó siendo utilizado para el uso formal, con un conjunto de mañana por el día y con prendas de noche (esmoquin o chaqué) hasta finales de los años 30″….
También hemos leído en varios libros sobre indumentaria masculina que el primer sombrero de copa es de 1797 y que lo diseñó un sombrerero británico -John Hetherington- que se lo plantó un buen día de enero y salió a pasear con él puesto por las calles, causando tal escándalo que le multaron por ello. Pero también que, en realidad el invento es de otro sombrerero, George Dunnage, de Middlesex y de un par de año antes (1793). Esta es una nota de prensa para curiosos.
News Release – The First Silk Top Hat
En cualquier caso, acabó imponiéndose y en el siglo XIX era un sombrero de uso habitual. Como otros, restringido a determinadas ocasiones: acontecimientos sociales, política y negocios. Se fabricaban con piel de castor, aunque, posteriormente, el Príncipe Alberto de Gran Bretaña pusiera de moda el sombrero hecho de seda. Lo utilizaba la policía y lo utilizaron los carteros en las décadas centrales del siglo XIX porque daba aspecto de autoridad. Como eran de mucho trote, estos sombreros profesionales se impregnaban en aceites de color oscuro para que aguantaran bien las inclemencias del tiempo.
El Presidente Lincoln en el campo de batalla de Antietam, October, 1862. Foto: Library of Congress
Entrado el siglo XX sólo se usaba ya como parte de las prendas de ceremonia y en ambientes políticos y diplomáticos: el sombrero de copa no faltó en las tomas de posesión de los presidentes norteamericanos hasta Dwight D. Eisenhower, aunque después también lo usó John F. Kennedy. Al ser una ceremonia de mañana, la prenda adecuada es el chaqué, uno de cuyos complementos es, precisamente, el sombrero de copa. Exige que el caballero lleve los guantes puestos cuando lo luce.
En España la influencia de las modas también se hizo notar y este sombrero -seña de distinción- aunque no muy apreciado, se aceptaba como pieza que aportaba elegancia, seriedad y superioridad. Ya lo decía Benito Pérez Galdós:
“El sombrero de copa da mucha respetabilidad a la fisonomía, y raro es el hombre que no se cree importante sólo con llevar sobre la cabeza un cañón de chimenea“.
Hoy en día ha quedado relegado -fuera del mundo del espectáculo- a algunos eventos deportivos -especialmente hípicos, Ascot es el ejemplo tradicional- y algunas ceremonias muy solemnes. Y ni en los colegios ingleses es ya pieza obligatoria del uniforme, con la excepción de los School Monitors de Harrow, que lo lucen los domingos.
Alumnos de Eton preparándose para el servicio militar y uniforme en vigor hasta que en 1989 dejó de ser obligatorio el sombrero de copa.
En cuanto a su altura no es la misma si se trata de un sombrero de copa o de una chistera. ¡Eso dicen los expertos! Es más alta la chistera -que parece un tubo de chimenea- que el sombrero de copa: de 11 cm. a 14 cm. según el fabricante. Entre ambas versiones de estos dos sombreros altos también hay diferencia en la forma en la que la corona -plana en ambos- se une con el tubo o cilindro que les caracteriza: “Un sombrero de copa está ensanchado en la punta donde se conecta con la corona. El cilindro del sombrero de copa es más ancho en la parte superior que en la parte inferior. La chistera es recta y la parte inferior del cilindro es del mismo diámetro que la parte superior”.
Al ser altos eran incómodos de llevar y se llegó a inventar el modelo con bisagra que permitía doblarlo:
El “gibus” o sombrero de copa plegable*
Y en cuanto a cómo lucirlo en las pocas ocasiones en las que sería adecuado hacerlo -por ejemplo, una boda-, no podemos olvidar que es un sombrero y por tanto sujeto a las mismas normas que otros sombreros:
-no se luce en interiores
-hay que descubrirse para saludar, especialmente si se saluda a una mujer
-hay que descubrirse al entrar en algún lugar donde haya personas de relevancia
-hay que descubrirse al entregar o recibir algún objeto
-hay que descubrirse al dirigirse a personal de cierto estatus social
De manera, que es un sombrero que pasará más tiempo en las manos, que en la cabeza de quien ha decidido incluirlo en su vestimenta. Si es un novio, sólo lo podrá llevar en el trayecto de su casa al coche que lo traslade y, cuando llegue a la iglesia o juzgado -si es que la ceremonia es especialmente solemne o él, uno de esos novios “divertidos” que decíamos al principio- desde que baje del coche hasta que entre en el edificio. Si la boda es en el exterior, por respeto a la ceremonia, también debe quitárselo.
Una madrina clásica del brazo de un novio clásico, que en su mano izquierda sujeta el sombrero de copa y los guantes, que son los mismos que reproducimos aquí abajo
Se lleva a unos dos dedos por encima de las cejas y se quita, con la palma de la mano, medio abierta, por la corona -o final del cilindro- sin mostrar el interior del sombrero -eso dicen los más exquisitos- ¡¡por si está manchado de sudor, quedan cabellos pegados en el borde interior o hay caspa!!
De todas maneras, nada como disfrutar del espectáculo que es verlo lucir con elegancia y estilo: es indudable que la pieza da un toque exquisito a quien sabe llevarlo. Lo que, por la misma razón, hace que quien no lo sepa llevar o se equivoque en su uso, parezca disfrazado.
(Esta entrada está dedicada a María Gómez Requejo (@MariaPSC) ¡Gracias Mery!)
“Guide for the Modern Gentleman” (Debretts )
“Manual del perfecto caballero. Normas básicas del buen vestir” de José María López-Galiacho
“El caballero. Manual de moda masculina clásica.”de Bernhard Rötzel
*«Chapeauclaque» de Peng, edited, masked and converted to PNG by Wikipeder 2007-07-21 – Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons – http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Chapeauclaque.png#mediaviewer/File:Chapeauclaque.png
**Galera: http://buscon.rae.es/drae/?type=3&val=galera
Chistera: http://buscon.rae.es/drae/?type=3&val=chistera