Esquelas hay…

Para avisar del fallecimiento de alguien lo más habitual es publicar una esquela en la prensa. En los pueblos o ciudades pequeñas, además, es bastante frecuente pegarlas en los cristales de tiendas y establecimientos o en las mismas fachadas de los edificios.

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No hay un único modelo: cada familia, cada persona, aprovecha este espacio para comunicar la muerte de su ser querido de la forma que le parece más oportuna.

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Pero, cuando el fallecido es una autoridad, algún alto cargo de alguna institución pública, o un alto cargo de una empresa, además de la esquela familiar, también la entidad, institución o empresa es normal que comunique el óbito publicando una esquela. Conviene, aunque no sea sencillo pies la tradición pesa, tener la sensibilidad de evitar referencias religiosas  y lo correcto es utilizar la fórmula «expresa su dolor por el fallecimiento de…».

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En estos casos y antes de la comunicación,  se reúne el equipo de gobierno o el consejo de administración para que su presidente o máximo responsable sea quien informe de lo sucedido y se pueda decidir qué reconocimiento póstumo y qué tipo de condolencia se quiere dar al difunto y a su familia. Alcanzado el acuerdo, se redacta el comunicado oficial –institucional o de empresa- que se manda a los medios de comunicación para su emisión y al día siguiente se publica la esquela.

a títulopóstumo

 http://www.lamoncloa.gob.es/multimedia/videos/consejoministros/Paginas/2014/240314-consejoextraordinario2.aspx