Este miércoles: promesa ministerial

Este miércoles: promesa ministerial

Os comentamos el lunes pasado en nuestro resumen que íbamos a estar pendientes de los actos que se van sucediendo tras la investidura del presidente de Gobierno. El miércoles pasado vimos su promesa ante el Rey. Hoy es el turno de los ministros. Seguiremos el mismo esquema que ya hicimos para el Presidente: ¿guion o estructura del acto? Vamos a ello.

¿Cómo se llega hasta la ceremonia de promesa?

Evidentemente, para llegar hasta el Palacio de la Zarzuela a prometer el cargo ante el Jefe del Estado… hay que haber sido nombrado ministro por el Presidente. Es una de las funciones que le concede nuestra Constitución: él propone y el Rey les nombra.

Artículo 100
Los demás miembros del Gobierno serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su Presidente.

Y una decisión exclusivamente suya según se regula en la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno, artículo 2. Del Presidente del Gobierno.

(Le corresponde al presidente del Gobierno):

  1. j) Crear, modificar y suprimir, por Real Decreto, los Departamentos Ministeriales, así como las Secretarías de Estado. Asimismo, le corresponde la aprobación de la estructura orgánica de la Presidencia del Gobierno.

Lo propone al elegido personalmente. Evidentemente, éste puede rechazarlo. O no. Es eso de lo que tanas veces se hace broma: ¡la llamada del presidente! Y tanto el número de ministerios como las personas elegidas para estar al frente corresponden a la estructura del gobierno que éste decida y necesite para llevar a cabo su proyecto o programa.

Como hemos vivido durante la semana previa a la promesa, los nombres de los elegidos -o posibles elegidos- son objeto codiciado por unos y otros. Los periodistas andan como sabuesos tras ellos y nos pasamos los días pendientes hasta que se completa el ejecutivo: a la búsqueda de la noticia o de la filtración para ser los primeros en informar. En esta ocasión nos fuimos enterando por goteo.

Una vez cerrado el ejecutivo, el presidente de Gobierno acude al Palacio de la Zarzuela para mostrarle su propuesta al Rey. Es él quien los nombra. Esta vez, y dado lo justo de tiempos y fechas, el Presidente informó a Su Majestad por teléfono. Tras ello convocó una rueda de prensa en La Moncloa y leyó la lista: entre vicepresidentes y ministros, once hombres y once mujeres.

Ceremonia de la promesa ministerial

Antes de que los ministros puedan jurar o prometer sus cargos, se publica en el BOE la nueva estructura del Gobierno: Real Decreto 2/2020, de 12 de enero, por el que se reestructuran los departamentos ministeriales.

 

Y los nombramientos de los vicepresidentes y de los ministros:

 

                                                                                                                         

 

 

Como ya vimos el miércoles pasado, según se conoció la lista de ministros –domingo 12 de enero- y la fecha de su jura o promesa –lunes 13 de enero- también en esta ocasión es el departamento de protocolo del Palacio de la Zarzuela quien se vuelve a poner en marcha para la organización de la ceremonia. Se citó a los nuevos ministros a las 9.00 de la mañana en el Salón de Audiencias.

 

 

 

Tampoco esta ceremonia es muy larga: depende del número de ministros pero no pasa de media hora. Los ministros entran en el Salón en fila india según el orden de sus ministerios reflejado en el mencionado Real Decreto publicado en el BOE y que es su orden de creación.

 

Se sitúan al fondo de la sala –en la que ya sabemos que en su centro se monta la mesa en la que va a prometer su cargo- e irán acercándose a ella según sean nombrados. Y de nuevo, sobre ella, un ejemplar de la Constitución de 1978 y la “chuleta” con las palabras que pronunciará. Para este momento también podemos tirar de Real Decreto:

Real Decreto 707/1979, de 5 de abril, por el que se establece la fórmula de juramento en cargos y funciones públicas.

El lunes cada uno se aplicó como pudo: unos de memoria, otros leyeron. Y, como era de esperar, a la hora de no contar los secretillos del consejo, para unos era de “ministros”, para otros “de ministras” y para otros más “de ministras y ministros”. ¡Nunca faltan las novedades! Aunque ya ha explicado la RAE que eso de Consejo de Ministras…¡nones de colores!:

El primero en prometer el cargo es el Ministro de Justicia, que ejercerá de Notario Mayor en el acto. Después lo harán los vicepresidentes y los ministros. Y al terminar, el Rey se situará en el centro de la sala y todos irán pasando a saludarle -en carrusel- para ir colocándose ordenadamente después en la tarima preparada al efecto para la foto de oficial.

El intercambio de la cartera ministerial

Terminada la ceremonia los ministros se dirigen a sus ministerios a por su cartera. Este acto es tan mediático, sino más, que la promesa ante el Rey. La forma de organizarlos es potestad de cada uno de ellos: lo que cada ministro quiera.

En este ejecutivo hay ministros que repiten, ministros nuevos y cambio de nombre en algunos ministerios. Por tanto, hubo diferentes ceremonias. A los nuevos, les entregó una cartera reluciente, el ministro que la dejaba o el que cedía parte de su cometido anterior.

Los que repetían, pero con cambio en la denominación del ministerio, la tomaban para la foto. Los que no tenían cambio alguno, volvieron a sacar del despacho la cartera que ya recibieron en abril de 2018.

 

La organización de estos actos depende de los departamentos de protocolo. Y suelen ser complejas. No por la dificultad en si, pues son actos de contenido muy sencillo:

-lectura del RD de nombramiento
-unas palabras del ministro
-foto (de traspaso, con cartera, con equipos de trabajo…)

Lo más difícil es la gestión de los asistentes. Son actos públicos y aunque algunos departamentos preparan invitaciones, otros simplemente se limitan a avisar a los allegados o personas de interés del titular de la cartera, además de al personal del ministerio en cuestión y a los gabinetes o equipos de trabajo.  El control de acceso y la protocolización de la sala o salón de actos es una tortura. A veces es imposible reservar asientos pues el acto es de pie, pero si se mantiene la forma de teatro, conviene reservar filas porque nombres no hay. Para ello se recurre al clásico “reservado”, “autoridades”, “familiares”, “altos cargos del ministerio” … y arremangarse…. Porque se desborda… ¡y mucho!

 

Es bastante habitual también que unos y otros acudan a estas ceremonias. Por amistad, interés o apoyo. Cuadrar horarios para poder ir a lo deseado es otra tarea compleja porque las horas se encadenan:

 

¡Pero la ocasión es única y hay que estar a la altura! Buena coordinación, mucha llamada de teléfono, mucho móvil para ir dando proximidad y muchas ganas: en protocolo, como dice un protocolero de postín amigo nuestro: una cosa detrás de la otra!

 

(Foto: ministros con el Rey; Pablo Iglesias; propias y Twitter del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo)