Firmando con otro aire
¡Anda que no estará ya más que visto eso de firmar en un Libro de Honor! Está tan gastado, tan tasado, tan medido y tan contado, que casi suena a rancio o a “viejuno”.
Es cierto: algunos hitos protocolarios que se planifican en las visitas los tenemos muy ajaditos ya. Es normal: son evitables, si, pero para las entidades e instituciones, conservar las firmas de sus ilustres visitantes es no sólo un recuerdo, sino una parte de su historia y por supuesto, un honor. ¡No a todas partes van de visita los reyes, altas autoridades de un estado, mandatarios de todo el mundo, grandes personalidades de la cultura, los negocios, los deportes o de la sociedad en general! ¡Algunos libros de honor dan auténtica envidia!
Es, también una buena foto para el día siguiente. Es verdad que espacio hay poco en los medios de comunicación y que la mayoría de las veces sólo se publica una, y suele ser una foto de familia. Pero, de hecho, este “actito” metido dentro de uno mayor, se suele cuidar y se prepara con mimo. Lo vimos ya en el blog más de una vez porque, encima, organizarlo mal, puede ser una tortura.
¿Vamos a despreciarlo, pues, así como así? No: vamos a ponerlo al día. ¿Si se ha podido dar otro toque a…
juras..
..comunicados …
—¿por qué no hacerlo con una firma?
Así pues, un ole muy grande por el BBVA: se han marcado un tanto con esta buenísima idea y de un impacto tremendo. ¡Un acto de siempre con otro aire!