
¡Ganarse el sueldo!
Ejercer de político parece una cosa fácil. Desde el lado de la barrera de los que miran y opinan, lo común es comentar que ganan más de lo que merecen, que trabajan muy poco, que ni van al Congreso o al Senado, que es su «oficina», que llevan una vida regalada, que cuando no están invitados a comer, lo están a cenar o de viaje, que si ya está bien de coche oficial, de saraos, de recepciones… Los nuestros y los ajenos, ¡que aquí no se salva nadie!
Y si, por aquello de la profesión o el cargo, les vemos dando el callo, pues se dice que «aquello va en el sueldo». Por eso, aquí va una pequeña galería de nuestra política favorita trabajando a modo de ejemplo. ¡Para que luego digan!