Cuando planteamos una presidencia hay un par de «pequeños» detalles que no está de más tener en cuenta para que los que presidan lo hagan con dignidad.
Hablamos de organizar presidencias en: http://protocoloalavista.com/2014/12/02/presidir-para-lucirse/
Y uno de estos detallitos que mencionamos en la entrada es el tamaño de la mesa: tan ridículo queda que sea excesivamente pequeña, y los ocupantes estén como «piojos en costura», como que sea excesivamente grande y se pierdan en su inmensidad.

Por pequeño que sea un acto, su presidencia tiene que dar impresión de fuerza, tiene que emitir consistencia y seriedad. Si el lugar más importante del acto da risa, lo que allí se esté presentando nunca se valorará con la suficiente seriedad. Puesta en escena y mensaje serán contradictorios. Y el responsable de la organización, un chapuzas: su planteamiento está falto de rigor.
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4 Comments
Reblogueó esto en PROTOCOL BLOGGERS POINT.
Una persona muy sabia una vez me dijo una frase muy simpática a este respecto: «mesa chiquita, gente poquita».
Gracias Eugenia! (de corazón!)
[…] cómo la escenografía puede hacer que se pierdan los protagonistas o que el tamaño de las mesas si importa. Las banderas, en el cine, han sido comentadas en un interesantísimo post de Política y […]