¿Jugamos a las diferencias con la coronación de Carlos III?
Es imposible a estas alturas no saber que el sábado se celebró la coronación de Carlos III en la abadía de Westminster. Nos han bombardeado durante semanas con los preparativos y desde ese día con las fotos, curiosidades y los asuntos sociales del gran evento.
Nosotros, evidentemente, no nos perdimos ni un minuto de la retransmisión y fuimos anotando todos aquello que nos llamaba la atención. Al fin y al cabo donde ponemos el ojo es en el ceremonial y lo que más nos interesa es ver su evolución y adaptación a los tiempos…¡dentro de lo anacrónico que hoy resultan este despliegue de ritualidad! Tiene mérito. Es indudable que mantenerse firme y fiel al Liber Regalis*, que marca la ceremonia desde el siglo XIV es de admiración. Es difícil conservar durante tanto tiempo un mismo desarrollo, pero queda claro que los británicos pueden y ahí está la muestra.
En general, y en comparación con las dos últimas coronaciones anteriores –Jorge VI en 1937 e Isabel II en 1953- la sensación es de “aligeramiento” y de “cercanía a la sociedad”. Y eso al margen de que la duración -4 horas la de Isabel II y 2 horas la de Carlos III- ya es suficiente diferencia como para que no se note. Sin apartarse apenas nada de la propia ceremonia de coronación, son evidentes los cambios en otros aspectos que forman parte del acto. Esos detalles, o esas diferencias, que hemos visto nosotros son las que hoy protagonizan la entrada. ¡Seguro que hay más! Y os animamos a que nos las contéis. Pero para empezar, allá vamos con las detectadas.
De camino a la abadía de Westminster
Ya antes de salir del palacio de Buckingham nos fijamos, pendiente como estábamos, de un primer detalle: unos minutos antes de las once de la mañana llegaban Carlos y Camila al palacio. ¿Por qué? Pues porque no viven allí: su residencia oficial es Clarence House. Por tanto, fueron a prepararse para que la salida oficial sí se hiciera desde Buckinham. Como lo hizo Isabel II.
Salieron después en carruaje hacia la abadía. Isabel II hizo el recorrido en la Golden State Coach –Carroza dorada del Estado, de 1760 y utilizado en todas las coronaciones desde la de Guillermo IV en 1831-. Carlos y Camila lo hicieron en la Diamond Jubileé State Coach –Carroza del Jubileo de Diamante-, construida en el año 2012 con motivo de los 60 años en el trono de la Reina. Eso sí, el trayecto de vuelta, lo mismo que hicieran sus padres en 1953, lo hicieron en la Carroza Dorada.
Entrada en la abadía
Como en todo acto organizado –y en España, la mejor comparación es con los Premios Princesa de Asturias- los invitados fueron llegando siguiendo un horario establecido. Para no amontonarse en la entrada y para acceder al asiento con orden y sin prisas. Ya cerca de la hora de inicio del acto, vimos llegar a los ex Primeros Ministros británicos. Y tras ellos, el Premier actual, Rishi Sunak. El Premier británico en el cargo cuando se coronó a Isabel II, era Winston Churchill. Y entró en la abadía detrás de la reina. No era un invitado más. Para compensar, en la coronación de Carlos III, al Sr. Sunak se le dio un papel lucido: leyó la epístola a los Colosenses.
La etiqueta, ¿requerida, sugerida, adecuada…?
Posiblemente sea éste, el detalle que antes salte a la vista. Si nos fijamos en los invitados de Isabel II –que fueron alrededor de 8.000, frente a los 2.000 de Carlos III- observaremos que los caballeros lucen frac con condecoraciones y uniformes y las mujeres, trajes largos. Carlos III rebajó la indumentaria a vestido corto con tocado para ellas y a traje oscuro para ellos. Con las inevitables interpretaciones de cada uno. Vimos trajes oscuros, trajes azules y trajes grises entre los invitados, además del chaqué, o Morning Coat, que es la prenda de día más ceremoniosa del vestuario masculino. La variedad entre las mujeres aun fue mayor: ya sabemos que, aunque protocolo y moda no son palabras sinónimas, la interpretación es libre. Tocado y sombreros parece ser que son lo mismo y vestido corto puede tener el largo que a cada una le venga mejor.
Los que sí cumplieron con su atuendo fueron Carlos y Camila….¡pues no faltaba más que ellos no lo hicieran! Al fin y al cabo, también ese aspecto está claramente definido y especificado en el guion del acto. Ambos entraron en la abadía cubiertos con sus respectivos mantos de Estado: Carlos con el de Jorge VI, su abuelo, utilizado en 1937 y Camila con el que usara Isabel II en 1953. Pero, con su correspondiente detalle diferente: la cola del manto de Carlos III la portaron cuatro pajes. Uno de ellos, Jorge de Cambridge, nieto mayor del Carlos III. Los otros tres pajes fueron Oliver Cholmondeley, (hijo del secretario privado del rey, el marqués de Cholmondeley); Ralph Tollemache, (hijo de Edward Tollemache, ahijado del rey); y Nicholas Barclay, nieto de la prima segunda de Carlos.
La cola del manto de Isabel II la llevaron seis mujeres jóvenes -lady Moyra Hamilton, lady Anne Coke, lady Rosemary Spencer-Churchill, lady Mary Baillie-Hamilton, lady Jane Heathcote -Drummond-Willoughby y lady Jane Vane-Tempest-Stewart- a petición expresa de la reina que quiso seguir el precedente de la reina Victoria.
La cola del manto de la reina Camila la llevaron sus nietos: Gus y Louis Lopes, hijos de Laura Parker Bowles, y Freddy Parker Bowles, hijo de Tom Parker Bowles y ahijado de Carlos, y Arthur Elliot, hijo de Ben Elliot, sobrino de Camilla. ¡Cerrando un círculo de 70 años! Su abuelo Andrew Parker Bowles, fue paje en la coronación de Isabel II.
Por cierto, ¿sabemos que los reyes llegan a la abadía con lo que se conoce como Robes of State, pero salen de ella, coronados, con los conocidos como Robes of Estate?
Sólo tenéis que fijaros un poco: en las dos primeras -con los pajes sujetando las colas- se aprecia el terciopelo rojo de los mantos. En estas de la salida de Camila de la Abadía y del saludo desde el balcón, los mantos son de color púrpura, de seda y bordados en oro. El de Carlos, perteneció a su abuelo Jorge VI que lo utilizó en su coronación en 1937. El de Camila, se ha hecho para la ocasión y está bordado con su anagrama, y con motivos florales -lirios del valle, mirtilo…- además de abejas y escarabajos. Por su amor al campo.
Dentro de este capítulo que dedicamos a la etiqueta, si hemos hablado de tocado, hemos de hablar de coronas. En la ceremonia del sábado sólo las lucieron los reyes. Dos diferentes el rey Carlos III – la corona de San Eduardo para la coronación y la corona Imperial del Estado tras la ceremonia- y una, la reina Camila: la corona de la Reina María, que fue la utilizada por la reina María de Teck en la coronación de Jorge VI del año 1937. Ninguna más. Sin embargo, en la coronación de Isabel II la abadía estaba llena de coronas. Las de los Pares del Reino, la nobleza, que sí estuvo invitada a la ceremonia mientras que en la de Carlos III sólo hubo un puñado de ellos. Las mujeres lucieron sus coronas y diademas durante toda la ceremonia, como se hace con los tocados: no se quitan. Los hombres las tuvieron en la mano hasta el momento justo de la coronación: según se corona al monarca, se la ponen. Esta es una captura de pantalla de esos momentos en la coronación de Isabel II de un video de EL PAIS sobre diferencias entre ambas ceremonia. Pero además y para verlo bien lo tenéis también en este enlace de la colección de British Pathe (minuto 3,56).
Hemos hablado de Pares del Reino. Apenas hubo una veintena en la coronación de Carlos III. Pero, como hemos comentado, la nobleza en pleno asistió a la coronación de Isabel II. Estas estupendas fotos históricas que hemos visto en la galería de El PAÍS nos muestran a los lores haciendo cola para entrar en la Abadía:
Y hablando de cola…. Para distinguir duques de marqueses o condes de señores hay que saber contar las franjas de sus mantos: son estas listas -de piel de foca- las que nos descubren el rango de quien los luce:
-duques: cuatro filas
-marqueses: tres filas y media
-condes: tres filas
-vizcondes: dos filas y media
-barones y lores del Parlamento: dos filas
-duques de la familia real: seis filas, armiño en la parte delantera de la capa y una larga cola sostenida por pajes.
Por su parte, el rango de las mujeres que pertenecen a la nobleza se distingue por la longitud de su capa:
-duquesas: la capa mide 2 yardas (1,83 m)
-marquesas, condesas y vizcondesas, sucesivamente: un cuarto de yarda (23 cm) más corta
-baronesas y ladies: capa de una yarda (91 cm)
Y, además, también, por el ancho del dobladillo de armiño que llevan como remate: disminuye desde el rango más alto al más bajo:
-duquesas: cinco pulgadas (127 mm)
-marquesas: cuatro pulgadas (102 mm)
-condesas: tres pulgadas (76 mm)
-vizcondesas, baronesas y ladies: dos pulgadas (51 mm)
En esta foto de Hola, podéis ver alguno de estos Pares del Reino enla tercera y cuarta fila de la Abadía. Se les distingue, precisamente por sus capas rojas.
De vuelta al palacio de Buckingham
Ya hemos comentado que la vuelta la hicieron los Reyes en la Carroza Dorada del Estado. Detrás de ellos el cortejo lo formaron los carruajes y landós de los Príncipes de Gales, los Duques de Edimburgo, los Duques de Gloucester –a los que acompañaba el marido de la Princesa Real Ana– y los Duques de Kent. ¿Y Ana? Esa es otra de las grandes novedades del día: seguía a caballo al carruaje del rey Carlos III. Como coronel de los Blue&Royals, pero sobre todo como Golden Stick in Waiting: guardaespaldas en la Casa Real Británica. Primera vez que el puesto lo ocupa una mujer, que además es Princesa Real. Viene a ser lo mismo que la princesa Margarita hubiese cumplido este papel en la coronación de su hermana Isabel II.
¿Cuántas diferencias habéis contado? Seguramente habrá más. De hecho, no hemos incluido ninguna del propio rito y las hay. Pero esta entrada se está alargando mucho y podemos dejar estas otras diferencias para otra ocasión -¡cuando haya pasado la resaca!-.
Para cerrar, no todo van a ser diferencias. Algo es común a los dos grandes coronaciones de Isabel II y Carlos III…
…¡los bostezos! El de Carlos en la coronacoión de su madre Isabel II y el de Louis en la coronación de su abuelo Carlos III. Serán príncipes…¡pero son niños!
Fotos: carruajes (Royal.uk); Premier Sunak (La Lista); Robe of State del rey Carlos III (El Debate); Robe of State reina Camila (El Pais); Coronación de la reina Victoria (De George Hayter ); Robe of Estate reina Camila (Caracol); Robe of Estate de los Reyes de espaldas en el balcón (El País); Nobles en la Abadía (Hola); Princesa Real Ana de Golden Stick (Marie Claire); bostezo de Carlos (captura de pantalla del video de British Pathe); bostezo de Louis (Vanity Fair);