La alfombra roja: ¡porque tú lo vales!
No. Definitivamente, no vamos a hablar de la de los “Óscar” en particular, sino de la alfombra roja como elemento que utilizaremos en muchos actos. ¡Como siempre anda por los suelos, no es un medio material que merezca artículos u opiniones! Está allí abajo para resaltar a los que la recorren: para que ellos se luzcan, pues por mucho que la nombremos no lo hacemos para referirnos a su calidad o cualidad sino simplemente como espacio al servicio de estrellas, autoridades, personalidades…
Merkel espera en el aeropuerto de Praga a que acaben de extender la alfombra
A los organizadores de los diferentes eventos que deciden ponerla en su acto les preocupa que el proveedor la sirva a tiempo; que no se moje si llueve, que no esté sucia en el momento clave, pero quitando estos detalles, que son operativos, el valor de la alfombra es “el más barato posible”: se va a quedar hecha unos zorros tras soportar tanto lindo pie y la vamos a tirar.
Esperando a Putin
Un barridito en el último minuto…
¡Que no se moje!
Pero tiene su simbolismo y su historia. ¿Alguno se ha preguntado por qué se utiliza una alfombra? ¿Y por qué es roja, salvo cuando el patrocinador exige lo contrario? Se alfombraba el suelo para aislar los espacios en los que se vivía del frío y la humedad. Eran de uso habitual en Oriente y no llegaron a Europa hasta el siglo XII: al estar hechas de materiales que se degradan con el tiempo y por el uso al que estaban sometidas, es difícil encontrar restos de piezas tejidas, pero hay notables ejemplos datados en el siglo V que aparecieron en Siberia.
En principio, su origen parte de una de las tragedias de Esquilo. En “Agamenón”, Clitemestra, su mujer, le espera a su regreso triunfante de Troya y para que su pie no pise el suelo ordena: “Esclavas, ¿por qué demoráis dar cumplimiento a la orden que se os ha dado de alfombrar el suelo por dónde ha de pisar? ¡Qué quede al momento el camino cubierto de púrpura para que Justicia lo lleve a una mansión inesperada” versos 909 a 912, traducción de B. Perea, editorial Gredos.
El color púrpura era difícil de obtener –el color se obtiene de las secreciones de caracoles marinos- y por ello sólo se teñían de este color telas muy costosas, muy especiales y muy caras fuera del alcance del común de los mortales, por lo que era un color que simbolizaba nobleza. Era el color exclusivo del emperador romano y es el color de los cardenales de la iglesia católicas, los Príncipes de la Iglesia.
Nuestras alfombras rojas de hoy son pues un símbolo: resaltan la diferencia entre las personalidades y los demás mortales. Y por eso se utiliza para recibir a reyes y autoridades; por eso guía a un premiado hasta su premio y por eso cubre el camino que pisarán las estrellas.
La alfombra roja es la antesala de la gloria…