Las banderas siempre cuentan una historia
Las banderas siempre cuentan una historia
Ayer se celebró en el Salón de Columnas del Congreso de los Diputados un acto solemne. Se cumplía el 40 aniversario de la primera visita de un presidente del Parlamento Europeo* a nuestro país. El acto, enmarcado en una visita institucional del presidente actual del Parlamento Europe, Sr. Tajani, y con una agenda más amplia, ha consistido en una intervención tanto del propio presidente, como de los del Congreso de los Diputados y del Senado ante los diputados y senadores, la firma en el libro de honor y la entrega del regalo institucional. Por supuesto, previamente, de izado de banderas en el patio e interpretación de los dos himnos.
Digamos, pues, que aunque visita, no lo es de estado, cuya estructura protocolaria ya hemos visto en otras ocasiones y en la que se cumple con el rito de visitar el Congreso y el Senado alternativamente y es la que gira un jefe de Estado a nuestro país. Pero, visita al fin y al cabo, en la que se repiten muchos hitos protocolarios: izado de banderas, himnos, regalo o firma son comunes.
Tampoco el Sr. Tajani es un jefe de Estado. Así que no cabría nunca la posibilidad de que sus visitas fueran de este tipo. Por tanto, la historia que cuentan estas banderas colocadas tras los protagonistas y que se ven perfectamente en estas fotos, cuentan una historia que no es cierta:
Los protocoleros sabemos que el uso de la bandera española -y el de otra banderas y enseñas- se regula por la Ley 39/1981, de 28 de octubre, en cuyo artículo sexto dice:
Uno. Cuando se utilice la bandera de España ocupará siempre lugar destacado, visible y de honor.
Dos. Si junto a ella se utilizan otras banderas, la bandera de España ocupará lugar preeminente y de máximo honor y las restantes no podrán tener mayor tamaño.
Se entenderá como lugar preeminente y de máximo honor:
a) Cuando el número de banderas que ondeen juntas sea impar, la posición central.
b) Si el número de banderas que ondeen juntas es par, de las dos posiciones que ocupan el centro, la de la derecha de la presidencia si la hubiere o la izquierda del observador.
Y sabemos también que por un principio de cortesía admitido en las visitas de Estado, puede ondear en el centro de una ordenación de tres banderas en el interior la extranjera del país que nos visita, flanqueada, arropada, custodiada …. por la nacional.
Pero visto el patio, parece que lo de las banderas es una manía que tenemos los de protocolo…¡al menos algunos, todos no parece que sean de la misma opinión!
(Sobre la altura de la silla del firmante, ni comentamos. Más que silla, parece descalzadora y le deja el libro de firmas a la altura del sobaquillo…¡debe de ser de cómodo firmas así!)
*el 1 de diciembre de 1977 Emilio Colombo participó en una sesión en el Senado. Por aquel entonces el presidente de las Cortes Generales era Antonio Hernández Gil.
(Fotos: discurso Sr. Tajani y entrega de regalo; Instagram del Senado)