“Los tiempos cambian que es una barbaridad”
…decía Don Hilarión en la popular zarzuela “La verbena de la Paloma”. ¡Y qué razón tenía el hombre!
¿A qué viene esto os preguntaréis? Sencillo. Ayer nacieron los mellizos del Príncipe Alberto de Mónaco y su mujer Charlene. Su llegada se celebró con 42 cañonazos de honor. Por alguna extraña vinculación mental, salvas de honor y monarquía llevan a cañones “de los de antes” y a comités de recepción algo menos modernitos.
Pero las fotos que hoy se publican en los medios de comunicación, cuentan una historia muy diferente: ¡los cañones de antes no son los de ahora! y las salvas, por el motivo que sea, requieren de técnicos especialistas, medidas de seguridad, armamento ligero…
Salvas en honor de Gabrielle y Jaques Grimaldi
Salvas en honor de la reina Isabel II
Salvas en honor de George de Cambridge
Pero no sólo cambian “que es una barbaridad” los cañonazos reales. También lo hace en las monarquía modernas la forma de comunicar los acontecimientos:
Por supuesto, también hay comunicados más “oficiales”:
Para que esta reflexión se entienda mejor, lo lógico es comparar. Es la manera perfecta de ver lo que estos cambios significan y que todos incluso los “rancios protocoleros, hemos aceptado con la normalidad de los tiempos que vivimos.
Y para ello, recomendamos mucho, mucho, leer la entrada de María Gómez Requejo en su blog “Protocolo con corsé”. Nos sitúa en 1886, en el naciminero del rey Alfonso XIII:
http://protocoloconcorse.es/2014/06/25/alfonso-xiii-el-nino-que-nacio-rey-la-presentacion-oficial/