¡Me pido delante! Asientos en el vehículo
Antes de que los coches contasen con medidas de seguridad –cinturones o sillitas para niños (sistemas SRI)– en las familias había peleas entre la gente menuda por ir delante en el coche. En el asiento del copiloto. Eso ya pasó a la historia y ahora van todos detrás y todos, chicos y grandes, nos abrochamos los cinturones. Pero, este deseo por ocupar esa codiciada plaza delantera nos recuerda que algo tiene que tener para que sea objeto de deseo. ¿Es la principal en un vehículo? Como buenos protocoleros sabemos que asientos y orden van unidos y que si hay que ponerse a jerarquizarlos, ¿será que se puede? Se puede y se debe. Las caravanas de vehículos se diseñan, preparan y estudian para la seguridad de los coches y de sus ocupantes. Cuanto más claro tengamos dónde están sentadas las autoridades en cada vehículo más claro tendremos su protección. A las caravanas de seguridad ya les dedicamos un post. Hoy se lo vamos a dedicar a las plazas de un vehículo, a su protocolización.
El vehículo tiene conductor
De momento -y a esto no le queda mucho tiempo- los vehículos para andar necesitan que los guíen. Esta figura del conductor será la que marque una u otra forma de ordenar las plazas dentro del coche. Suelen ser escoltas además de conductores de los vehículos oficiales. Pero, por tanto, hay dos maneras de numerar esos asientos: con o sin este profesional.
Coche con conductor profesional
-número 1: plaza a la derecha de la parte trasera
-número 2: plaza a la izquierda de la parte trasera
–número 3: plaza a la derecha de la parte delantera
Es decir, que lo de la fantástica plaza del copiloto no tiene base.
Si el vehículo lo ocupa sólo aquella autoridad a la que está asignado, se sentará en la plaza uno -derecha, atrás- con un escolta en esa plaza del copiloto.
Si invita a un invitado especial -otra autoridad, por ejemplo- a acompañarle en el coche, se debería ofrecer al invitado esta plaza uno. De esta forma, el “dueño” del coche -¡anfitrión en marcha!- pasaría a ocupar el asiento número dos -dándole la derecha a su invitado- y la plaza tres quedaría de nuevo para un escolta (en todo caso y por estudiar, negociar o pactar, algún familiar o miembro muy próximo a cualquiera de las dos autoridades).
Coche sin conductor profesional
No es que el conductor, en este caso, no lo sea de profesión. Es que también nuestra autoridad puede querer conducir su coche y llevar él personalmente a su invitado. En este caso:
-número 1: plaza a la izquierda de la parte delantera
-número 2: plaza a la derecha de la parte delantera
-número 3: plaza a la izquierda de la parte trasera
–número 4: plaza a la derecha de la parte delantera
Nuestra autoridad anfitriona conduciría el vehículo, dejando el puesto del copiloto a su invitado. Si les acompañaran sus mujeres, ellas irían detrás de sus respectivos maridos. Si fueran con ayudantes o escoltas, serían ellos quienes ocuparan estas plazas.
¿Un autobús es un vehículo?
Si. Y no sería extraño que hubiera que protocolizar sus plazas como lo hacemos con los coches. Es evidente que sin conductor profesional no va a funcionar. Por lo que la plaza a ocupar por esta figura queda clara. Lo mismo que aquella situada a su derecha y que ocupará un guía, azafata o auxiliar encargado del autobús.
¿La primera fila es la “mejor”? ¿La última para los gamberros que cantan lo del “conductor de primera, aceleeeera, aceeeelera”?
Pues si. En el autobús, cuanto más adelante, mayor es la precedencia.
Y antes de acabar: es bastante habitual -aunque esté feo decirlo- que los ocupantes de los coches de una caravana oficial no utilicen los cinturones de seguridad del vehículo. Y sin embargo, hay que recordar siempre, que su uso es obligatorio.