Mirar con ojos de protocolero

Como os contamos en la entrada del lunesel sábado pasado tuvimos la suerte de ver en Zaragoza la exposición ‘Fernando II de Aragón, el rey que imaginó España y la abrió a Europa’, a la que nos referimos en dicha entrada, como una muy protocolera exposición.

¿Por algún motivo? Si, porque desde que pusimos el pie en el Palacio de La Aljafería, sede de la exposición y de las Cortes de Aragón, nuestros guías -Javier Carnicer, José María Gimeno, Jose Ignacio Asensio, Jose Luis Angoy, Francisco González y Belén Egea, un privilegio absoluto poder contar con ellos- nos fueron dando las claves en las que basar esta afirmación. Son detalles de los ámbitos de trabajo en los que nos movemos los del gremio. No se puede estudiar protocolo sin estudiar historia, pues es la única manera de entender cómo hemos llegado hasta aquí. Vamos a ver algunas: compartir “protocolo” es nuestro objetivo.

  1. Escalera Noble o de Gala
    Es una escalera muy ceremonial. A lo muy amplio del espacio en el que se encuentra y que impresiona por su forma y decoración, se suma el tamaño de sus escalones: bajos de altura -unos 15 cm- son, sin embargo, muy anchos -unos 50 cm-, de forma que no se pueden subir de uno en uno de seguido: hay que ir mirando hacia abajo para poner correctamente el pie. Es decir, obligan a subir con la cabeza gacha, en inequívoca señal de sumisión.  En el techo, de bovedillas entre las vigas, están pintados al temple los emblemas de los Reyes Católicos -el yugo y las flechas en colores dorados, destacados sobre el fondo azul- de manera que el visitante no sólo accedía al palacio en actitud “aplacada” sino que además lo hacía, sin verles, ante los mismos reyes, cuya representación tenía sobre sus cabezas.

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Techo antes y después de la restauración

  1. Cuadros de padres
    En la primera sala se exhiben retratos del rey Fernando: son muy similares  aunque están pintados por diferentes manos, lo que indica que son fieles. Este tipo de retratos -busto- de los reyes y su familia se hacían para que otros monarcas en otros reinos pudieran hacerse una idea fiel de con quienes negociaban los matrimonios, los tratados y los acuerdos que firmaban. Los dos primeros que se muestran son los de Isabel y Fernando. Uno al lado del otro pero con una particularidad: el del rey a la derecha y el de la reina a la izquierda. Esta ordenación demuestra que no eran retratos oficiales en los que el rey estaría por delante de la reina siempre, sino retratos de una pareja para su uso particular. El rey Fernando dejó muy claro -y por escrito en los documentos matrimoniales- su posición frente a su mujer cuando de asuntos de estado se trataba. Él siempre se situaba por delante.

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(Retratos de los reyes Fernando e Isabel con los infantes Juan e Isabel; autor desconocido; Parroquia de Santa María de los Corporales, Daroca, Zaragoza)

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(Desponsorio del rey de Sicilia don Fernando de Aragón y de la princesa de Castilla doña Isabel; Archivo de Simancas)

  1. Árbol genealógico
    No hay familia real que no exhiba sus orígenes: la pureza de su linaje era obligada. En el documento Chronicon genealogicum regum ab initio mundi usque ad Reges Catholicos Ferdinandum et Elisabeth Hispaniae, se “demuestra” que vienen directamente de Adán y Eva.

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(Chronicon (… ), autor desconocido,  El Escorial, Madrid)

  1. El Toisón de Oro
    Se exhiben también los Estatutos, ordenanzas y armorial de la Orden del Toisón de Oro, un códice en pergamino de 1473. Está abierto por el folio 74v que muestra a Fernando II, el Católico, nombrado caballero de la Orden en 1473, como lo fuera su padre Juan desde 1461 y su tío Alfonso, desde 1445. En la parte superior derecha están sus armas y en el texto al pie se le nombra Ferdinand roy de Castille et de Leon, aunque es anotación posterior, dado que en la fecha de su nombramiento -se lo concede Carlos el Temerario en el Capítulo de la Orden celebrado en Valenciennes entre el 1 y el 4 de mayo de 1473- aun no lo es y no lo será hasta 1474.

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  1. Orden hasta en el cielo
    En otra de las salas, cuelga de la pared una pintura -temple sobre sarga- de muy buen tamaño. representa la venida de la Virgen maría en carne mortal a Zaragoza. La disposición de las figuras representadas es absolutamente protocolaria: en el centro y sobre el pilar, la Virgen con el niño. Detrás y a la altura de su hombros, un primer grupo de seis ángeles: tres a la derecha y tres a la izquierda de la Virgen. Otros dos grupos de ángeles se sitúan en las dos esquinas del cuadro: simétricos y con tres ángeles cada uno de ellos. A los pies del pilar, los “siete convertidos” a orillas del Ebro. Tres a la izquierda, tres a la derecha y uno ligeramente más centrado, casi detrás del pilar. ¿Perfecto, no?

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  1. Cortejo Triunfal
    En una lámina de 44,5 x 92 cm. se muestra el Cortejo Triunfal del emperador Federico III. Está pintado a pluma, acuarela y pintura a la aguada con dorados en relieve. Es una joya: deslumbra el color y la exactitud del dibujo pero sobre todo, es tan visual que no cabe duda alguna de su intención “educativa”: en un golpe de ojo sabemos que allí manda Federico, emperador del Sacro Imperio romano- bajo dosel y vestido a la “forma imperial” con cetro y orbe en sus manos, el escudo del águila bicéfala a los pies y sobre un caballo blanco conducido por un paje. Le siguen, sobre dos caballos oscuros y bajo arcos de medio punto, el emperador Carlomagno, Clodoveo, rey de los Francos, Ottobrecht, rey de Provantz y Fernando rey de Hispania. Todos con sus armas y fernando, además, con armadura, yelmo adornado de plumas y corona sobre él, además de escudo -Aragón, Sicilia, Castilla, León y Granada, pero no Navarra ni Nápoles- es la rpresentación triunfal de un guerrero que ha conquistado el reino nazarí.

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7. Exequias en su memoria
El rey Fernando dedicó una parte muy amplia de su testamento a todo lo relativo al destino de sus restos mortales (pidió ser enterrado junto a Isabel en la capilla mayor de la catedral de Granada) y a las misas, limosnas y ejecutores testamentarios que debían hacerlo posible. El ceremonial se cuidaba al extremo y la puesta en escena se diseñaba como si de una acción dramática se tratara. En la exposición se exhiben planos y esquemas del túmulo.  En la iglesia de Santa Gúdula de Bruselas se construyó un carro triunfal para las exequias, celebradas los días 14 y 15 de marzo de 1516. Estaban pintadas en él las armas y los colores del rey; con ayuda de alegorías se representaban en sus lados el reino de Nápoles -la sirena Parténope cuyos restos, según Plinio, se enterraron en sus playas-; Navarra -una montaña ardiente que representaba a los Pirineos-; las Indias -un bosquecillo de tiernas hojas para producir bálsamo- y un cuarto lado con un granado, figura que no puede ser más obvia, resumían los territorios del reino. En Roma se montó un templete clásico con textos en latín que alababan al rey y contaban sus hazañas fueron el escenario montado para las honras fúnebres.

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(Planos y esquemas del túmulo: firmadas por Francisco de Rojas, embajador en Roma de los Reyes Católicos; Biblioteca de la Real Academia de Historia)

Hay más: muchas más porque en aquella época, el protocolo era la herramienta para escenificar el poder y se utilizaba constantemente para avisar, comunicar,  informar … pero ¿otro día más!

Si os apetece echarle un ojo a la muestra, este es el enlace: la web es soberbia.

 

(Fotos: Gabinete de protocolo, catálogo de la exposición y propias))