Mocasín: cómodos e informales
El mocasín es uno de los tipos de calzado que más utilizamos. Tanto hombres como mujeres, aunque ellos, bastante más que ellas. ¡Las mujeres tienden a los zapatos de tacón! Aunque siempre hay diseñados que copian la forma típica del mocasín al que se le añade este preciado “toque de altura”. Son cómodos, bonitos y aunque se consideran calzado informal, es más que habitual que los hombres los calcen con traje oscuro. Ya hemos visto en otros post anteriores que tampoco son los adecuados para lucir con frac, chaqué o esmoquin. Con esta indumentaria más protocolaria se suele afinar aun, pero la del traje oscuro, ¡esa es ya una batalla perdida! Casi todos sabemos que el origen de este zapato es indio. Pero nunca está de más recordarlo.
Origen del mocasín
Este tipo de zapato lo utilizaban los indios nativos norteamericanos. El nombre en idioma powhatan es makasin. Los Powtahan son uno de los seis pueblos que conformaban la Confederación de tribus indias algonquinas -Confederación Tsenacomoco- formada en 1570 por Arrohattoc, Appamattuck, Pamunkey, Mattaponi y Chiskiac. Su territorio eran las costas del actual estado de Virginia. No nos sonarán: somos más de sioux, cheyenes, arapahoes o incluso mohicanos. Pero si añadimos que Pocahontas era la hija del jefe Powtahan, ya la cosa puede que cambie. No vamos a contar aquí la historia de la princesa india y John Smith, pero ayuda a situarnos.
Como prácticamente todos los pueblos nativos norteamericanos los usaban hay mucha variedad. Siendo similar la idea básica -proteger al pie- cada pueblo, tribu o grupo fabricaba los suyos con diversas costuras en el talón y la parte delantera. De estos detalles distintos se puede saber a qué tribu pertenecían.
Preparar la piel y coser mocasines era cosa de mujeres. Lo normal era utilizar piel de búfalo o de ciervo. La sometían a un proceso de estiramiento, descarnado y raspado para retirar todo resto de grasa o de tejido. Se limpiaba bien y luego se frotaba con una pasta preparada para ablandar y satinar su superficie. Bien lavada y estirada, finalmente se ahumaba.
Cortaban después dos piezas más grandes para envolver cada uno de los dos pies y otras dos menores, a modo de pala en el empeine, que cosían con tendón animal. Este tendón debía ser largo por lo que el más adecuado era el de cada uno de los dos lados de la espina dorsal o los de las extremidades inferiores de un animal grande. Una vez extraídos se secaban. Podían llevar suela. Para hacerla se utilizaba la parte más dura de la piel. Algunos, incluso estaban forrados de piel de conejo. Si al mocasín se le cosía una pieza más a modo de caña que cubriese la pantorrilla, pasaba a ser bota. De uso, habitualmente, femenino.
Algunas tribus los decoraban. Bien con bordados hechos engarzando granos y semillas o bien con púas de puerco espín, que teñían de diferentes colores y luego aplastaban con la uña o los dientes. Este tipo de bordado es típico de las tribus de la costa este y de las llanuras.
En el siglo XVII los europeos que llegaron a estos territorios introdujeron las cuentas de vidrio. Servían de monedas de cambio y los nativos las empezaron a utilizar para decorar su calzado. Primero, dibujos geométricos y posteriormente, ya por la influencia francesa, de flores y de mayor colorido.
El mocasín de hoy
Llamamos mocasín al calzado que ni tiene cordones, ni tiene hebillas, ni cualquier otra forma de sujeción. Como en el caso de las babuchas, zapatillas, pantuflas, chanclas… simplemente se mete el pie dentro y listo.
Son un tipo de zapato informal, como ya os hemos comentado en la introducción del post, y por eso se llevan sin calcetines. ¡Claro que solo si son ligeros y de ante, gamuza u otro tipo de piel fina!
Los de cuero recio, que solemos llamar “los Sebago“, pues son diseño de ese fabricante norteamericano, exigen calcetín -esté o no de moda llevarlos- y los reconocemos por las costuras a ambos lados del empeine: parecen rollitos de carne, salchichas enlazadas o ristras muy juntas de chorizo o morcilla. Por eso reciben también el nombre de mocasines beefroll. (Rollito de carne)
Los de las borlitas enlazadas en el empeine son los mocasines tassel. Son algo más cerrados que los anteriores -la pala es más alta-. Se fabrican también en ante.
Para completar los más habituales debemos añadir los llamados mocasines italianos, mucho más ligeros que cualquiera de los dos tipos anteriores, por lo tanto también mucho más informales, y de corta vida. ¡Se gastan mucho antes que los modelos más recios! Tienen las costuras más finas y la suela, más delgada. Son el complemento perfecto al atuendo “de sport” del verano. Se llevan sin calcetines. ¡Seguro que os suena el modelo del “bocado” de la marca Gucci!
Nos nos vamos a meter con modelos femeninos….la variedad es enorme. No solo planos o de tacón bajo…¡hasta de una decena de centímetros y con plataforma los hay en el mercado!
Antes de cerrar un par de recomendaciones de las muchas que hemos leído para preparar el post. Para el que quiera leer algo más sobre estos nativos norteamericanos Powtahan, este es un buen enlace (en inglés). Si queréis conocer los diferentes modelos de mocasines y botas de las distintas tribus de nativos, este reportaje en Revista de Arte, los muestra uno tras otro. Sobre Pocahontas…¡que nos hemos olvidado de ella!… este reportaje de National Geografic.
(Fotos: dibujo de Algonquinos; mocasín con cuentas; mocasín bordado; mocasín Beefroll; mocasín Tassel piel; mocasín Tassel ante😉