Modas importadas: el babyshower
Cada vez incorporamos más y más festejos de otras culturas a la nuestra. Por ejemplo, la celebración de San Valentín, que es una tradición anglosajona que hemos incorporado a las festividades a lo largo del siglo XX; o la de “Halloween” o, incluso la Navidad con “Santa”, que viene directamente de los Estados Unidos y ha desplazado a nuestros Reyes Magos de Oriente al segundo puesto.
Entre las novedades que van calando está la del “babyshower”: literalmente ducha. Es decir, duchar a la futura madre con regalos. De la costumbre original -reunirse las mujeres en torno a la futura madre para darle consejos, transmitirle sus conocimientos y la sabiduría acumulada de siglos y pasada de mujer a mujer cuando iba a dar a luz a su primer hijo- no queda nada más que el hecho de que se reúne un grupo de allegados a la embarazada para llevarle regalos.
En unos casos organiza una amiga, en otras un familiar, pero, en cualquier caso es una celebración que cada vez se “profesionaliza” más: como lo han hecho las bodas, bautizos y comuniones y alrededor de este tipo de celebraciones se mueve todo un mundo de proveedores, creativos y organizadores.
Este viernes organizamos nosotros una de estas fiestas: tenía que ser una sorpresa para la futura madre, de manera que para poder llevarlo a cabo hubo que contar con la complicidad de algunos de sus familiares y amigos, cuya misión era evitar que se enterase, proveernos de información y, lo más importante, llevarla a la casa donde se iba a celebrar sin que sospechara en ningún momento a lo que iba. La logística de coches, horarios de llegada y de proveedores corrió a cargo de Vika que consiguió que todo estuviera a punto y todos en su sitio a las 7 de la tarde: incluso dio tiempo a ensayar unos cánticos para recibirla.
Se dividió el trabajo por especialidades: la comida por un lado, el diseño de juegos y actividades por otro y los diseños de todo el material que se iba a utilizar, incluida la decoración de la casa, por un tercero.
La cita era a las 19.30 h de manera que se encargó una “merienda cena” con alimentos salados y dulces. En el salón de la casa se montó una mesa grande y se dispuso a modo de buffet con vajilla, cubertería y cristalería en mesa auxiliar. Silvia, nuestra responsable de catering preparó una selección de bollería rellena de vegetales con jamón, sabrosos sandwiches de queso con pan de espinacas y de salmón con pan de amapola; crudités con diferentes salsas, taquitos de tortilla de patata con jamón y chupitos de gazpacho de remolacha. Y para desengrasar banderillas de fruta con chocolate caliente.
La flor de servilletas es pura artesanía: aunque, lo dicho, hay todo tipo de proveedores y tiendas especializadas en fiestas, intentamos darle un aire mucho más personal a este “shower”. Era uno de los requisitos que nos pidió Victoria, la anfitriona y alma de la fiesta.
Para los 17 invitados se diseñaron identificaciones con motivos alusivos. Los diseños son de Elisa, nuestra responsable de diseño y se hicieron con “goma eva” o “plancha eva” de diferentes colores, unas plantillas y “restos de costurero”.
La fiesta se anunció con su cartelería correspondiente, diseño que salió de Itziar, que es la diseñadora gráfica responsables de papelería e invitaciones.
Para los regalos se utilizó una mesa baja. Se envolvieron todos y todos llevaban la tarjeta de quien lo regalaba para que después se pudiera dar las gracias.
Completamos la organización con una serie de juegos para todos que, además del
babybingo o del “scatergoris”, inventó Ana, directora de este proyecto para la ocasión. Tuvo mucho éxito el de desenvolver una tableta de chocolate, el de colgarse al cuello calcetines de bebé o el de adivinar el perímetro de la embarazada con ayuda de papel higiénico. Los ganadores pudieron elegir su premio de una cesta llena de pequeños obsequios.
Por supuesto, no faltó la tarta:
Una creación exclusiva de Silvia, (www.lareposteria.com) nuestra pastelera de cabecera, de la que se comía todo:
Desde aquí felicitamos a la futura madre y esperamos que haya disfrutado de la fiesta. Y que la niña, pues niña es lo que está en camino, llegue con bien!