¡Niños! ¡¡Poned la mesa!!

Es el grito de guerra de miles de madres a la hora de comer. Mientras los mayores terminan de preparar la comida, los niños pueden ir poniendo la mesa. Y es el momento ideal para enseñarles «buenas costumbres». ¿Cómo? ¡Si solo mencionarlo salen corriendo!

Antes se decía que la «letra con sangre, entra» y aplicaban el sistema a rajatabla: se aprendía a coscorrones. Ya sabemos hoy que eso era una soberana majadería y que es mucho más eficaz enseñar «entreteniendo». Si no interesamos a los niños en lo que queremos o creemos que deben saber, los tendremos enfrente, nunca a nuestro lado.

Juguemos, pues. Es lo que mejor sabe hacer un niño. «Juguemos» a poner la mesa; «juguemos» a aprender a manejar cuchillo y tenedor; «juguemos» a subir la comida a la boca y no a bajar la boca al plato; «compitamos» a sujetar los codos y no a volar con ellos…. ¡hay tantas manera de «jugar» en la mesa, que merece la pena intentarlo».

Adjunto una foto que puede ser una idea con la que empezar a poner en marcha la estrategia del aprendizaje y que es ideal para el verano: una mesa con un papel de mantel (de envolver paquetes, que es barato), un par de rotuladores gordos, platos, vasos e imaginación….

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