
No es lo mismo, aunque se empeñen
Ayer en las noticias de Tele 5 contaron que se busca mayordomo para la embajada española en Londres. A pesar de que lo de mayordomo suena “muy protocolario”, no fue eso lo que llamó nuestra atención. Lo que nos saltó a la vista fue el último párrafo de la noticia:
“La publicación de ofertas para cubrir puestos en las sedes diplomáticas es un procedimiento habitual que realizan las legaciones de los diferentes países a través de la red y de medios impresos”.
¿Por qué? Muy sencillo: la palabra legación no es sinónimo de embajada. Ya sabemos que suena “como mucho más profesional”, pero este término se quedó obsoleto ya hace “una pila de años”. Siguiendo las sabias enseñanzas del Embajador Tomás Chávarri, “las legaciones prácticamente desaparecieron después de la II Guerra Mundial. Su jefe era un Ministro residente, con cartas de Jefe de Estado. Era, por tanto, una Misión diplomática de rango inferior al de una Embajada. Su desaparición se debió a la elevación de rango de la Misión inicial, lo que permitió al nuevo Jefe de Misión subir de nivel, facilitándole su trabajo y sus contactos en el país receptor”.
«55 días en Pekín: ¡¡la película de las legaciones en Pekín el año 1900!!»
Lo que no quita para que en el texto de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas suscrita en 1961 se hable de diferentes clases de jefes de misión. Pero dado que ya no se usa la categoría de Ministro Residente, automáticamente debe dejar de usarse la de «Legación».
Convencion_de_viena_relac_diplo
Pero, en esto pasa como con las tiaras o los alumbramientos de reinas y princesas, o los magistrados que es una categoría de la carrera judicial y no un sinónimo de “juez”, parece que suena a «entendido en la materia», lo que automáticamente eleva la categoría….¡del redactor, Jefe del Notición!