La puesta de largo. Ritos de paso, hoy.
Aunque parezca algo obsoleto, la puesta de largo es una fiesta que nunca ha dejado de celebrarse. Aunque que no está entre lo más candente de los favoritos juveniles -antes un botellón, una despedida de soltero o un concierto-, se han seguido celebrando en las familias con cierto nivel económico. Últimamente, además está en boca de todos, especialmente de los madrileños, pues salió a relucir en el debate de la moción de censura que Podemos ha presentado en la Asamblea de Madrid contra la presidenta regional, Cristina Cifuentes.
¿Qué fiesta es esta? La puesta de largo, o presentación en sociedad, es en su origen una celebración que entra dentro de los ritos de paso. De la adolescencia a la edad madura. En muchas culturas se marcaba este paso de los jóvenes a la madurez, su ingreso en la tribu, con una serie de rituales que demostraran la capacidad del joven para formar parte de la sociedad adulta y que estaban preparados para esta fase de sus vidas. El paso se simbolizaba con ritos y ceremonias que mostraran al resto de la sociedad, de su tribu, que estaban listos.
Acercándonos más nuestros días la puesta de largo de una joven señala que estaba preparada para asumir el nuevo papel que le estaba asignado. Básicamente, y siendo mujer, el de casarse y tener familia. Era el pistoletazo de salida a su vida en sociedad: ya podrían ser invitadas y recibir proposiciones de matrimonio. Pero, es evidente, que no es cosa de pueblo llano. Aunque quede un poco extraño, era una manera de hacer networking, por muy paradójico que sea poner juntos puesta de largo y networking, y de entablar relaciones beneficiosas para todas las partes.
Puesta de largo de la Duquesa de Alba
Las familias reales, las aristocráticas, las de las grandes fortunas empresariales, utilizaban estos bailes para dar a conocer a la sociedad -esa en la que ellos se movían- a sus hijos. Si se podían enlazar después familias y negocios, la continuidad de la estabilidad familiar estaba garantizada. En el siglo XIX y en buena parte del XX, las mujeres de las clases altas y acomodadas, no trabajaban: se preparaban para llevar matrimonio, casa y hacienda. No se trataba de conseguir un buen puesto de trabajo, sino un buen marido. Y una buena puesta de largo era el escaparate perfecto para una joven entre los 16 y los 18 años. Podían organizarse entre varias familias o, especialmente para una única joven. Dependía, evidentemente de la situación de su familia.
Baile de la Ópera de Viena: una puesta de largo clásica
A todos nos suena el Baile de Debutantes de la Opera de Viena. Con él se inicia la temporada de carnaval a principios de año. Este año se celebró el 23 de febrero -y el que viene, será el día 8 del mismo mes- en el propio edificio de la ópera, en la famosa Ringstrasse de la capital. Para que se pueda bailar, se retiran todas las butacas convirtiendo el espacio en una enorme pista de baile. Se pueden adquirir entradas para asistir como espectador (sin derecho a silla, alrededor de 300 eu.- o reservando un palco, que rondan los 10.000 eu.) y la música la ponen en vivo los maestros de la Wiener Staatsoper. También hay actuaciones del Ballet Estatal de Viena. Para poder debutar en esta ocasión hay que solicitarlo -solicitud aquí– previamente, adjuntando una serie de documentos y demostrando una serie de habilidades, que si se acepta, permite participar en una audición que hay que aprobar para poder debutar. Merece la pena echarle un ojo a los requisitos, precio, ensayos y etiqueta de todo el procedimiento. Está en la web de la Ópera, y este es el enlace.
Llegada la noche, las alrededor de 150 parejas seleccionadas entran en el salón de baile de la mano mientras un maestro de ceremonias les va presentando por sus nombres. Primero saludan y luego forman en la sala para bailar una polka con la que abrirán la fiesta. Después, y la orden de “Alles Walzer” (todos a valsear o bailar el vals), se unirá el resto de los presentes. La fiesta continua hasta altas horas de la madrugada. La etiqueta requerida es muy estricta.
Para las mujeres: vestido de color blanco -puro, níveo- sin crinolinas y sin aplicaciones brillantes, con guantes blancos hasta el codo y zapatos del mismo color. En cuanto a las joyas, lucirán la diadema que se diseña para la ocasión (Karl Lagerfeld la diseñó para el baile de este año), pendientes de perlas (a ser posible, de pequeño tamaño) o de “gemas transparentes”. No están permitidos pendientes largos, ni de colores, ni collares. Como mucho los que sean delgados y discretos (preferiblemente de perlas o de “gemas transparente”). Sin reloj y con el pelo recogido.
Para los hombres: frac con chaleco, guantes y corbata de lazo (pajarita) blancos. Con zapatos negros de cuero, no brillantes y calcetines del mismo color. Sin pañuelo en la solapa -te recomiendan que para el baile, lo guardes en el bolsillo- y reloj de bolsillo, pero no es obligatorio. En cuanto al cabello, peinado y cepillado, preferentemente con gomina, y nunca suelto. Si se lleva el pelo largo, hay que recogerlo en coleta de caballo.
Para todos: ni tatuajes, ni piercings visibles, y nada de pelo teñido en colores extravagantes tales como azul o rosa.
Le Bal des Débutantes in Paris : una puesta de largo actual
Este baile de debutantes, al que se le conoce como Le Bal, sin más, se organiza en París desde 1992. La idea es de Ophélie Renouard y es, en sí, un evento de moda. Se celebra en otoño y en él participan jóvenes de diferentes países de entre 20 y 25 años. Son hijas de empresarios, aristócratas, actores, músicos y de personas conocidas del mundo cultural, la política o las empresas. El patrimonio no es criterio de selección. El dinero que se recauda se entrega a organizaciones sin ánimo de lucro. Para la ocasión, las jóvenes lucen creaciones exclusivas de los modistos de alta costura. Empezó celebrándose en el Hotel Crillón, pero se ha celebrado en otros hoteles de la capital desde entonces. El último, en 2016, en el hotel The Peninsule.
En este baile han participados algunas jóvenes españolas ya desde la primera edición de 1992 junto a las hijas de Demi Moore, Phil Collins, el futbolsita Figo o la actriz Anette Bening. Se puede consultar la lista de participantes -y el nombre del modisto que las vistió- en cada edición, en este enlace.
El Baile de la Reina Carlota
No podía faltar un baile en Gran Bretaña. La puesta de largo por excelencia de las jóvenes aristócratas británicas tenía mucha solera. El baile de la Reina Carlota – Carlota de Mecklemburgo-Strelitz (1744-1818)- se celebró por primera vez en 1780 a instancia del rey Jorge III para celebrar el cumpleaños de su mujer. Con este baile se inauguraba también la temporada de bailes de sociedad. En ellos se presentaban las hijas casaderas de las grandes familias británicas, que de paso iban adquiriendo habilidades y pátina social: saber estar, comportamiento y bailes… ¡lo que marcaba la vida de las mujeres de las clases altas!
Estuvo ligado a la familia real hasta 1958. La reina Isabel II lo consideró anacrónico y se desvinculó de la fiesta. Desde entonces lo promuevan clubes, hoteles, empresas e instituciones filantrópicas y se celebra como un acto social de alto nivel. El último, en septiembre de 2016, se celebró en el Palacio de Kensignton. También en este baile la etiqueta es vestido blanco largo para las mujeres y frac, para los hombres.
Para rematar esta entrada, un audio: este es el enlace al Facebook de GMS Protocolo y Eventos . La GeMeSera María de la Serna, habló de las puestas de largo en el programa “A vivir que son dos días” que dirige Javier del Pino en la cadena SER. Y han colgado el audio del programa.
(Fotos: baile de la reina Carlota 1950; Le Bal 2007; Baile de la Ópera, diadema)