Ropones con bolso
No tenemos nada en contra de los bolsos…¡no faltaría más! Pero, a efectos profesionales, es decir, a efectos protocoleros, este complemento del vestuario femenino es un constante quebradero de cabeza en los actos. Llevarlo no cuesta: las mujeres lucen muy elegantes con sus bolsos al brazo, al sobaquillo o sobre sus rodillas… pero cuando tienen que soltarlo…¡ayyyy, cuando tienen que soltarlo!
Ni encima de la mesa, ni en el suelo….¡se lían con la pieza y muchas veces, muchas más de las que quisiéramos reconocer ,tiene que salir de la nada la mano de un protocolero para quitarlo de la vista y custodiarlo! No se puede dar un discurso, sujetar un micro, apoyarse en un atril, posar para una foto …con el bolsito de marras. Los caballeros no tienen problema: no gastan, pero las mujeres lo que no hacen es renunciar a él:¡no sin mi bolso!
Y eso tiene alguna que otra consecuencia. Por ejemplo, imaginemos que llega el momento foto en un acto: solemnidad en una institución centenaria, etiqueta específica requerida, ceremonial muy estricto, protocolo a tope…
…¡y zas! Primer plano para el bolso…¡adios solemnidad, adios a siglos de pompa y circunstancia británica! Es el protagonista de la foto…y seguro, seguro, que esa no era la intención de los lores…
¡Buen fin de semana a todos!
(Foto: Reuters)