Sencillo, preciso, efectivo

El pasado día 2 de abril Irán y el grupo 5+1 llegaron a un acuerdo sobre el programa nuclear de Teherán. Es un hito dentro de lo complejo y dificultoso de este tipo de negociaciones a tantas bandas y con tantos intereses particulares y cruzados.

No hubo firma, pero se quiso «escenificar» la consecución de ese primer hito en busca de un pacto de largo plazo que debería firmarse antes de finales de junio y para ello se montó un escenario desde el que comunicar este logro y que transmitiera sin género alguno de dudas la relevancia del momento.

Sencillo, pero efectivo y cumpliendo a la perfección el papel estelar de «perfecto contenedor» de una noticia importante; sobre el fondo azul de la Unión Europea -el más adecuado para la transmisión de imágenes por televisión- una sencilla fila de las banderas: las de la Unión Europea -anfitriona de las reuniones- e Irán -el otro protagonista- arropadas por las de los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU  -Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia – más Alemania. Ante cada bandera sus respectivos ministros de exteriores. No se puede decir más, con menos.

Dos sencillos atriles en un lado del escenario sirvieron para que la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, y el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif comunicaran a los medios los términos del acuerdo.