Símbolos que no te abandonan

Esta semana tan volcada en la abdicación y en los asuntos relacionados con las ceremonias y tramitaciones que se avecinan, una de las entradas más vistas -una, que no dos- ha sido aquella en la que hablamos de los símbolos reales.

Corona y cetro

http://protocoloalavista.com/2014/06/03/simbolos-reales

Vimos el escudo de armas de don Juan Carlos, su guión y la corona y el cetro que se mostraron en su proclamación el 22 de noviembre de  1975 (www.rtve.es/alacarta/videos/archivo-casa-real/proclamacion-del-rey-juan-carlos/1491952/) y que acompañarán también a su hijo dentro de un par de días. Comentamos que esta corona no se corresponde con la que luce el escudo del rey, y que se describe en el Real Decreto 1511/1977, de 21 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivos, que incluimos en la entrada.

La descrita no es real: no existe. La que estará en el Congreso de los Diputados el 19 de junio es de 1775, según Patrimonio Nacional. Y está fabricada en plata sobredorada y tiene el bonete de terciopelo. Consta de “un aro formado por dos molduras lisas y en medio otra plana decoración repujada sobre la cretería formada por espejos en los que se representan emblemas heráldicos. En distintas posiciones, se enlazan los espejos rematándolos, una corona de laurel de la que parten ocho imperiales formados por dos ramas entrelazadas, dejando claros en medio que se aúnan dentro de una moldura circular convexa, con decoración de hojas de relieve. Esta última sirve de base a una bola con cruz de brazos iguales y decorados con hojas en relieve. Al tener un uso simbólico, es de grandes dimensiones; una altura de 39 cm., 40 cm. de diámetro y pesa casi un kilo.Se ha utilizado en todas las ceremonias de proclamación desde Isabel II”.

Aquí está el enlace para verla con detalle, junto al cetro,  el otro símbolo real:
http://www.elmundo.es/espana/2014/06/06/5391d06ee2704e5b188b457f.html

La segunda entrada más vista esta semana ha sido la que dedicamos a los invitados que, siendo fundamentales en los actos, no aparecen el día de autos y nos dejan tirados en el momento más inorportuno.

http://protocoloalavista.com/2014/05/30/cuando-los-invitados-te-abandonan/

A los invitados hay que mimarlos: sin ellos no tiene sentido el acto que se ha organizado. Son la muestra escogida de la sociedad a la que queremos hacer llegar el mensaje que se van a encargar de transmitir y que vamos a poner en escena. ¿Función de teatro sin espectadores? ¡Imposible!
Trabajamos para ordenar los diferentes grupos de forma que cada uno tenga el lugar adecuado; protocolizamos loa asientos para que aprecien la importancia que damos a contar con su presencia; facilitamos el acceso a salas y escenarios para que sea cómodo participar; nos aseguramos de que van a venir facilitando teléfonos o correos electrónicos, e, incluso, les llamamos para que no tengan ni que molestarse….

Si a pesar de todo llega la hora H y el patio de butacas está vacío… ¡qué mal rato vamos a pasar!
images

 

ante la que se va a representar