Solemnidad
Es una suerte poder vivir una abdicación y la jura de un nuevo rey. Por un lado porque no es frecuente, pero por otro, porque monarquías parlamentarías hay pocas y estas ceremonias aun conservan -por anacrónico que sea- mucha de la vistosidad de otras épocas. La diferencia entre hemiciclos, como el del Congreso de los Diputados preparados para la jura del jefe del Estado con, por ejemplo, hemiciclos como el alemán para la jura de su presidente de la República, es gigante y lo mismo que “comparar churras con merinas”. Pero en ambos retumbará la solemnidad del día en que se celebra esta ceremonia en nuestro país.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/noticias-24-horas/joachim-gauck-jura-como-nuevo-presidente-alemania/1356929/
Sin embargo, la organización de ambos actos es muy similar y requiere mucho trabajo y coordinación por parte de los equipos implicados en ella. Allí y aquí, se convoca a los invitados a asistir:
Aquí y allí se les pide una determinada etiqueta, ¡aunque aquí siempre se puede cambiar de idea!
Aquí y allí se prepara un programa o guion del acto:
Aquí y allí se dan algunas instrucciones por escrito para que todos sepan a qué atenerse, ¡aunque algunos lo llamen “nota de protocolo” y otros “instructivo” :
Instructivo Diputados-Senadores
Por eso, aunque el escenario sea tan distinto, lo que hace que la ceremonia sea solemne no son las piezas del decorado, los vestidos de las mujeres, la presencia de autoridades…¡solemne es la ocasión, que con ayuda del protocolo, el ceremonial y la etiqueta, pondrá la emoción en el disparadero!