Tiara o diadema: esa es la cuestión
Al hilo del nacimiento del hijo del príncipe Guillermo, los medios de comunicación y medio país, se pone a hablar de de bodas y matrimonios. De ahí a que las conversaciones deriven en trajes largos y diademas en las grandes bodas de las monarquías europeas de estos últimos meses hay muy poco.
Una pregunta que nos hacen muchas veces es la de «qué diferencia hay entre una diadema y una tiara«. Y siempre contestamos que las diademas la lucen las mujeres y la tiara la lleva un Papa, causando auténtica consternación entre el interesado auditorio.
Para entendernos: hay que hablar de diferencia en la forma pues eso es lo que distingue una diadema de una tiara. En cuestiones gramaticales, ya la Real Academia en su diccionario admite «diadema» como sinónimo de «tiara».
Las diademas
Las diademas son medias coronas o aros, abiertas por detrás, cuajadas de piedras preciosas. Es decir, joyas que sujetan el pelo hacia atrás. Las lucen las mujeres -se ven con más frecuencia en cabezas de reinas y princesas- en las grandes ocasiones. Aquellas en las que la etiqueta requerida exige «gala«. Vienen de familia y pasan de generación en generación. Algunas casas reales, incluso las han vendido y recomprado cuando la situación económica hacía aguas. Evidentemente, hay diademas de plástico, cuero, carey o cualquier otro tipo de material. Las usan cientos de mujeres todos los días. Y no porque unas sean joyas y otras no, unas son tiaras y otras diademas.
Diadema de «los lises» de la Casa Real española
Las tiaras
Tiara es la pieza cónica o gorro alto, ricamente adornado, que simbolizaba la realeza en el antiguo Egipto y otras monarquías orientales, como los antiguos persas o asirios, y de la que hoy queda como vestigio la corona papal. Simboliza su triple autoridad: Papa, obispo y rey. El primer Papa en lucirla fue Clemente V. El último, Pablo VI , que aunque fue coronado con ella, se la dejó de poner tras el Concilio Vaticano II. No está abolida, pero sí en desuso.
Tiaras papales