Todas las piezas son imprescindibles
Cuando hacemos un puzzle, todas y cada una de las piezas son importantes: buscamos con la vista esa que pensamos que no-se-nos-puede-pasar-porque-tiene-que-tener-un- trozo-de-mano-y-otro-de-color-rojo, por ejemplo, y mientras no damos con ella el progreso se retrasa y nos atascamos. Necesitamos encontrar una determinada que dé sentido a la imagen en la que nos hemos enfrascado y cuando aparece, y la encajamos en su sitio, las de alrededor son más fáciles de encontrar y la imagen empieza a a cobrar sentido.
Es muy posible que este símil lo utilicemos muchos profesionales de la organización de actos cuando explicamos a qué nos enfrentamos: un acto es puzzle que hay que cuadrar. Y mientras no estén en su sitio todas las piezas, no veremos la imagen con claridad.
¿Son unas piezas más importantes que otras? Si empezamos por el marco, serán muy importantes las piezas que tienen un lado liso… Si preferimos empezar por manchas de color, todas las que claramente sean del color elegido, serán las más preciadas. Pero, sin todas las del lado plano no habrá marco; sin todas las de color, alguna parte de la imagen se queda incompleta.
En nuestra caja de piezas de las que va a salir un acto, tanto monta el electricista como el diseñador del acto: si falla la iluminación tendremos un problema; si no es adecuada la secuencia del acto, nos va a costar enderezarlo.
Somos, todos, piezas imprescindibles y de nuestro buen hacer -sea la que sea la tarea a ejercer- y de nuestra responsabilidad dependerá la imagen final.
¡Feliz fin de semana a todos, queridas piezas de nuestros puzzles protocoleros!
(Foto: elpais.com, Jorge Sáenz (AP))