Tomando posesión
Ayer tomó posesión de su cargo, en Sevilla, la nueva Presidenta de la Junta de Andalucía. Estos actos -tanto del gobierno, como de la administración- son una ceremonia muy frecuente que requiere de una preparación acorde con la importancia que tiene.
Toman posesión de sus cargos el presidente del gobierno, sus ministros y otros altos cargos de las instituciones que representan a los poderes del estado, ante el rey en el Palacio de la Zarzuela; presidentes de gobierno autonómico y sus consejeros en sus sedes de sus parlamentos; secretarios de estado, subsecretarios de estado y directores generales en sus ministerios; presidentes de tribunales en sus tribunales; el defensor del Pueblo, los consejeros del Tribunal de Cuentas o los vocales del Consejo de Administración de RTVE en el Congreso de los Diputados,…
Las tomas de posesión son ceremonias en las que el cargo va a jurar o prometer cumplir con sus obligaciones. Es decir, se va a comprometer ante un público asistente a una determinada responsabilidad. Por ello, requiere cierta solemnidad.
Por lo menos, por lo menos, habrá que tener en cuenta una serie de detalles que vamos a repasar:
Cuidar los espacios de la toma de posesión
Hay que acondicionar el espacio elegido, un salón representativo o un despacho emblemático, por lo general, para la ocasión. Conviene separar claramente las zonas del escenario donde se va a desarrollar la acción:
–Zona de Honor: reservada al cargo que toma posesión, su antecesor en el puesto y la autoridad ante quien toma posesión. También, aunque ligeramente separada, altos cargos de la institución y familiares del flamante nuevo cargo.
–Zona de invitados: claramente diferenciada, bien preparada para sillas, bien para que el acto se desarrolle de pie, donde situar a aquellas personas, autoridades o amigos invitados.
Materiales para una toma de posesión
Es imprescindible una mesa que de buena calidad y, en su defecto, debería cubrirse la que hubiera para tratar de darle un cierto empaque.
Sobre ella dispondremos un ejemplar de la Constitución y, por si la memoria falla en el último momento, una hoja con la fórmula que se debe utilizar. En muchos sitios se pone también una Biblia y un crucifijo. Pero esta es una cuestión no reglada y que depende, exclusivamente de la persona que va a tomar posesión. Conviene siempre preguntar si quiere o no que se coloque. Jurar conlleva un aspecto religioso. Prometer, laico.
Si el espacio es amplio, conviene poner un micrófono en la mesa para que se oiga bien al protagonista del acto.
Es recomendable elevar la zona de honor con una tarima: permite ver mejor la ceremonia. Pero si no fuera posible por falta de espacio o porque quedara excesivamente pequeña, siempre se puede marcar bien dicha zona con unos cordones de respeto para despejarla ópticamente.
Como hablamos de gobierno y administración, son obligatorias las banderas: eso sí, bien ordenadas.
Normalmente, tras jurar o prometer el cargo, el protagonista dirigirá unas palabras a los invitados presentes. Por tanto, habrá que tener preparado un atril, que además puede utilizarse para que un maestro de ceremonias conduzca el acto.
Este podría ser un esquema de una toma de posesión de un alto cargo de un ministerio ante su ministro:
1. El Maestro de Ceremonias leerá desde el atril la Orden Ministerial XX de fecha xx, por la que se resuelve la designación. Si son varias las personas que van a tomar posesión en el mismo acto se les nombrará de uno en uno en el mismo orden en el que aparecen en dicho documento para que se acerquen a la mesa a jurar o prometer su cargo
2. Jura o Promesa
3. Volverá/n después a su sitio en la primera fila
4. Intervención del nuevo alto cargo
5. Palabras del Ministro
6. Despedida del acto.
Y este el croquis de los movimientos protocolarios para un caso en el que tomen posesión varias personas, con una presidencia y el público sentados.
Por supuesto, si en vez de varias es sólo una la persona que toma posesión y el acto es de pie, habrá que darle una vuelta:
Y para terminar: ¡la chuleta!
JURA o PROMESA
(Los dibujos del croquis son de Carlos G. Mazón)