Un sitio para cada atril

Los atriles son, desde luego, una pieza que resulta de gran ayuda en muchas ocasiones: marca el punto de atención, deja al orador espacio para sus papeles, permite esconder un vasito de agua, protege a los inseguros…. Lo vimos ya en la entrada que dedicamos a los atriles.

Parece difícil equivocarse con algo tan sencillo. Pero viendo esta foto, la verdad es que nos asalta la duda.

  1. Si los oyentes son sólo los que están sentados a la mesa que ocupa toda la foto, sobra: con hablar un poco más alto, estaba hecho
  2. Si se está dirigiendo a un público que no sale en la foto, pero está en la sala, ¿era necesario situar el atril pegado a la mesa hasta el punto de tener que mover a los comensales que ocuparían ese lado?Asociación de Empresarios de Valencia