Valija diplomática: comunicaciones con el exterior

22 diciembre 2016

Aunque valija signifique también maleta o incluso correo según el diccionario de la RAE, para la entrada de hoy tiene sobre todo un adjetivo que la define: la valija es diplomática.

A efectos prácticos es el medio de comunicación habitual entre el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y las embajadas y las oficinas consulares y, además, de éstas entre si. El nombre le viene al pelo, porque aunque valija y maleta sean sinónimos, la valija es una saca. Tienen diferentes tamaños porque transportan papeles y documentos y el papel es de las mercancías más pesadas de transportar. Están claramente identificadas como tales y deben incluir toda la información del destinatario de forma visible.

Por seguridad se cierran con sellos de plomo para poder ver enseguida si se ha intentado abrir o manipular. Se trata de evitar “injerencias” y “asaltos” : lo que se transporta en valija diplomática es inviolable y éstas no pueden registrarse ni de forma manual ni por medio electrónico alguno. Salvo orden de autoridad judicial competente.

No todas las valijas son iguales. Hay varias clases que podríamos clasificar según:
a) su regularidad:

ordinaria: o programada (por ej. semanalmente)
extraordinaria: por razones especiales

b) su forma de envío:

postal: por correo ordinario
facturada: por avión, barco, o tierra sin acompañamiento
conducida: custodiada por un “correo diplomático o consular”. Ya en desuso: la persona que la transportaba portaba un documento –carta de correo de gabinete– que le acreditaba como correo diplomático. Evidentemente, mientras ejercía su función gozaba de inviolabilidad aunque no tenía estatuto diplomático. En cuanto entregaba la valija, perdía dicha condición.
conducida por un comandante de avión comercial o un miembro de la tripulación: este es un procedimiento previsto por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, 18 de abril de 1961, Art. 27.7.