Verano en la oficina: ¿playeras y bermudas?
Muchas empresas cambian su horario de trabajo cuando aprieta el calor. Es lo que llamamos “horario de verano“. En nuestro país es muy frecuente y suele empezar a mediados de junio y durar hasta mediados de septiembre. Aunque los meses más calurosos coinciden con los de vacaciones -julio y agosto- y las plantillas se aligeran, unos antes y otros después, pero todos acabamos yendo a la oficina a pesar de que estaríamos mucho mejor en la playa o en la piscina. Durante este tiempo, vestirse resulta una tortura. ¡Pensar en medias, corbatas y chaquetas marea a cualquiera! Pero sin llegar a tener que padecer sofocos, el que sea verano no quita para que a trabajar se acuda adecuadamente vestido.
Sabemos que es un asunto que levanta auténticas polvaredas. Y que en la discusión entran conceptos ajenos al respeto que es lo que debe prevalecer en la indumentaria, pero aun así vamos a darle una vuelta.
Vestirse en verano
Los códigos de vestimenta, esos que ahora llamamos “dress code“, se han establecido a lo largo de los tiempos para adecuar nuestra imagen a las diferentes circunstancias que nos sometemos al convivir en sociedad. Nos vestimos de una o otra forma por respeto a ellas y a nuestros anfitriones. Un ejemplo: ¿nos vestimos igual para ir de boda que para ir a una barbacoa a casa de amigos? Está claro, lo que nos pongamos debe adaptarse: trabajo, ocio, solemnidad del acto al que se asiste, lugar, época del año….. ¡en el caso de hoy, verano!
Verano y oficina
Que vayamos a a la oficina en verano cómodos y frescos no debe ser un problema. Simplemente tendremos que ajustarla al tipo de empresa, a sus valores y a su filosofía. No es tan difícil: todos sabemos qué empresa es la nuestra y en qué departamento trabajamos. Una entidad bancaria y una empresa informática no son comparables.
Pero, ¿qué tal unas pautas sencillas?
Un verano formal
Si trabajamos en departamentos de cara al cliente, en los que se tiene que tratar con público, siempre será formal. De ahí que muchas empresas uniformen a este personal. En estos casos, y para el verano, los tejidos de los trajes y chaquetas son más ligeros; las camisas son de manga corta y se suele permitir no ir con medias. Pero como no todos llevan uniforme, basta con aplicar la misma idea a la indumentaria.
Para los hombres: trajes frescos y de colores más claros, si quitarse la corbata no es una opción. Si en vez del clásico traje masculino -pantalón y chaqueta iguales- se prefiere combinar ambas prendas, hay americanas de hilo, por ejemplo, para combinar con diferentes pantalones. Lo más importante en estos casos es encontrar el tejido adecuado. Por suerte hay mucha oferta.
Para las mujeres: para aquellas que no pueden renunciar al traje de chaqueta también, como en el caso de los hombres, los hay pensados para el verano. De formas similares a los modelos y diseños de invierno, están hechos con tejidos más frescos y sus estampados y colores marcan la diferencia. Si se prefieren con pantalón, hay que recordar que deben ser de vestir. Son adecuados también los vestidos, siempre y cuando no sean playeros.
Un verano informal
Para los hombres: si se puede prescindir del traje, del que conviene recordar que no por quitarse la corbata se pasa de formal a informal, la opción son los pantalones de pinzas, planchados, o incluso “tipo chinos” de algodón, también de colores claros, y camisas tipo polo. Nosotros no somos muy fans de las camisas de manga corta, pero es una cuestión personal. Es una prenda más para ir alternando con el “polo”. El calzado adecuado es el mocasín. En verano son muy agradecidos los de ante, piel vuelta o nobuk.
Para las mujeres: la prenda estrella en la oficina en verano es el vestido. De manga corta, colores y estampados, diseños y formas variadas. Largo a la rodilla o justo por debajo, zapato plano, de tacón medio o sandalias (¡no olvidarse de la pedicura y de los talones!!) Los de tirantes, mejor no.
Perfecta es también la combinación de falda o pantalón con blusas o camisas de hilo, algodón, lino o cualquier tejido fresco.
En la oficina de verano no caben
Por mucho calor que haga, hay prendas que no deberíamos ponernos nunca -salvo contadas excepciones y en muy determinadas empresas- para ir al trabajo. Si boda no es barbacoa, por seguir el ejemplo que hemos mencionado arriba, trabajar no es ocio. Por tanto:
Los hombres: deberían olvidarse de pantalones cortos, del tipo “bermudas” o “piratas”; camisetas -ni lisas, ni con dibujos-; sandalias -con y sin calcetines-, chanclas, “deportivas” de todo tipo y gorras.
Las mujeres: siempre es más difícil delimitar la indumentaria femenina adecuada para cualquier circunstancia porque la moda manda mucho en el armario femenino. Pero aun así, deberían evitarse los pantalones muy cortos, tipo short; los vestidos con tirantes de estilo muy playero; los tops que enseñan ombligo; el largo “muy mini” y las chanclas, aunque ¡menuda pelea cuando las sandalias son de “de dedo”! No son lo mismo.
Es inevitable: la moda cuenta, pero la etiqueta no varía. Las tendencias de cada momento no aplican. Aunque nada asegura que dentro de un tiempo las cosas sean otras…
(Fotos: oficina de Google; oficina banco Santander; traje de verano hombre; traje de chaqueta mujer; traje de hombre de pantalón corto; vestido mujer; vestido estampado de mujer; mocasín de ante; pantalón tipo chino; chanclas; sandalia)