Viernes Santo en Lorca
Ha llegado la Semana Santa: son los días de la última semana de la Cuaresma según el calendario litúrgico católico. Del Domingo de Ramos al de Resurrección. Y con ella llegan también las procesiones. Hasta el sábado serán de penitencia y el domingo, serán de gloria por la resurrección. Todos sabemos a estas alturas -o al menos, lo sabe la abrumadora mayoría- que una procesión es un cortejo de personas y de andas –o tronos– sobre los que se llevan las esculturas de los personajes relacionados con la pasión y muerte de Cristo. Las personas que los acompañan son miembros o hermanos de las diferentes cofradías que visten túnicas, gorros cónicos y llevan la cara tapada y les conocemos como penitentes o nazarenos. Es tal la tradición en nuestro país, que muchas de estas procesiones han sido reconocidas como de interés turístico -nacional e internacional en algunos casos- y son manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial desde 2017.
(También existe un expediente para ser declarada manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (PCI)
Pero como hay tantas y tan espectaculares algunas y el espacio en el blog es limitado, vamos a ver una, para que sirva de ejemplo. Nos vamos a Lorca -Murcia- a vivir su Viernes Santo.
La Semana Santa en Lorca
La Semana Santa lorquina es fiesta de Interés Turístico Internacional desde 2007. Y es candidata a ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Su originalidad radica en los cuatro desfiles bíblicos pasionales que hacen de estas celebraciones -al margen de las tradicionales procesiones- unas fiestas diferentes. Son representaciones del Antiguo Testamento en las que se da vida a los personajes de la época incluidos caballos, carros y carrozas gigantescas.
Si ya de por sí esta puesta en escena es un espectáculo, la rivalidad entre las diferentes cofradías lorquinas añade emoción, expectación y curiosidad a todas y cada una de las procesiones -incluidos los desfile bíblicos- pues compiten entre si en la calidad y en la originalidad de sus representaciones. ¡Todos los años se esperan sorpresas! Y lo son porque cuando pasan sus programas previstos, a veces se guardan un as en la manga!
Estas cofradías o “pasos” son seis:
–Paso Blanco (Muy Ilustre Cabildo de Nuestra Señora la Virgen de la Amargura en la Real y Muy Ilustre Orden-Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario)
–Paso Azul (Hermandad de Labradores)
–Paso Encarnado (Archicofradía del Santísimo Cristo de la Sangre)
–Paso Morado (Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón(
–Paso Negro (Hermandad de la Curia)
-y la Archicofradía de Jesús Resucitado.
Aunque, todo hay que decirlo, la pugna eterna es la que mantienen los del Paso Blanco -que procesiona el Domingo de Ramos escenificando, con el Pueblo Hebreo, la entrada de Jesús en Jerusalén- y el Paso Azul -que desde el año 1800 preside la procesión del Viernes de Dolores y que desde 2015 tiene su propio museo de bordados -el MASS o Museo Azul de la Semana Santa– que es el museo más grande de la Región de Murcia y en él se exponen los bordados más importantes de la cofradía entre otros muchos más objetos-. También el Paso Blanco tiene su propio museo de bordados: el MUBBLA.
Paso Blanco y Paso azul
Los bordados en sedas y oro son otro de los grandes atractivos de la Semana Santa en Lorca. Aun siendo una tradición muy española en la confección de prendas religiosas para el culto y la liturgia –casullas, dalmáticas, capas pluviales, paños de altar, colgaduras-, en los desfiles lorquinos se introdujeron hace 150 años como parte de la decoración y riqueza de las insignias, estandartes, vestimentas y mantos de las diferentes cofradías que procesionaban en los. Evidentemente, la tradición del bordado venía de antes: Lorca fue un importante centro del arte del bordado.
Viernes Santo en Lorca
El desfile bíblico del Viernes Santo es, muy posiblemente, el más conocido de la Semana Santa de Lorca. Surge a mediados del siglo XIX cuando, tras la desamortización de Mendizábal, la iglesia quiso recuperar la tradición de la celebración de la Pascua pero no tenía imágenes para sacar en procesión. Y, como nada mejor que hacer de la necesidad, virtud, decidieron representar la vida, pasión y muerte de Cristo en vivo y en directo. Los del Paso Blanco pusieron en escena la entrada en Jerusalén en 1855 y los del Paso Azul, incorporaron la caballería romana -caballos de verdad- a su procesión en 1856. Desde entonces han ido añadiéndose escenas y personajes: cada año que pasa es más impresionante.
Los desfiles trascurren por la avenida de Juan Carlos I, allí llamada “la carrera”. Sobre el asfalto de la calle se echa una capa gruesa de arena para que los caballos no se escurran, se montan tribunas y palcos y para ver bien el espectáculo pueden adquirirse entradas y sillas (taquilla y on line). Participan cinco de las seis cofradías de la ciudad -no lo hace la del Resucitado- por este orden: encarnados, morados, azules, negros y blancos y se representan los principales hechos del Antiguo Testamento, la Historia Sagrada y los cortejos penitenciales. Además, procesionan las imágenes titulares del Paso Blanco y del Paso Azul con los estandartes, palios y mantos de estas esculturas y de sus tronos.
El Cortejo de la Historia de la Salvación lo preside el Muy Ilustre Cabildo de Nuestra Señora la Santísima Virgen de la Amargura (Paso Blanco) con su guion.
El Paso Encarnado procesiona con las imágenes de la Santísima Virgen de la Soledad Coronada y del Santísimo Cristo de la Sangre.
El Paso Morado lo hace con el estandarte del Santísimo Cristo del Perdón y faroles, el trono e imagen del Santísimo Cristo del Perdón; bandera primitiva de la Cofradía; estandarte y nazarenos de la Piedad; trono de la Santísima Virgen de la Piedad; la escolta de Nazarenos de las 5 llagas de Nuestro Señor y su banda de tambores y cornetas.
El Paso Azul desfila diferenciando dos partes: los Cortejos “Bíblico” y “Religioso” aunque a ambos les une un tema común: el “Triunfo del Cristianismo”. Por delante, el estandarte guion de la Virgen de los Dolores; la representación del regreso de los exploradores, enviados por Moisés a informar sobre la Tierra de Promisión; la infantería romana -“los armaos”, que los llaman- con sus armaduras de la época de Tiberio César dirigidos por un centurión, tres decuriones y un aquilífero que porta el lábaro con el águila imperial y el vexilium con las siglas del Senado S.P.Q.R.; la Bandera Azul símbolo del Paso; Antíoco IV, Epífanes -rey seleúcida griego-sirio (174-164 a.C.), que quiso helenizar por la violencia el estado sacerdotal israelí; Débora, la profetisa del pueblo israelí, a caballo y rodeada de su escolta de jinetes; Ptolomeo IV Filopator en su biga y cubierto con el manto de terciopelo negro sobre el que están bordadas las efigies de la dinastía ptolemaica; los etíopes representados por Sesac, faraón que se nombra en la Biblia; Moisés y Meiamén, su madre adoptiva, en su carroza con un grupo de timbales y de esclavas ricamente ataviadas y escoltada por amazonas profetisas de deidades; Moisés como príncipe desfila en biga y con un impresionante manto azul.
Además, el emperador Julio César sobre carro triunfal tirado por seis caballos; Cleopatra VII sobre una lujosa litera portada a hombros por 130 esclavos con la caballería egipcia como escolta; Marco Antonio; la infantería egipcia; Nerón; las siete cuadrigas de los emperadores de la dinastía de los Flavios (los cuatro primeros) y de los Antoninos (los tres primeros): a galope, Vespasiano, Tito, su hijo y sucesor; Domiciano, segundo hijo de Vespasiano y hermano de Tito, y Domicia Longina, esposa de Domiciano; Nerva, Trajano y Adriano.
No se acaba aquí: llega la caballería romana con once jinetes -representando a las Sibilas y a los Padres de la Iglesia Latinos- y llega el emperador Tiberio César (durante su reinado vivió y murió Cristo) sobre un carro con la forma del águila imperial romana, tirado por seis caballos.
Es el turno del grupo del Triunfo del Cristianismo -que es la idea básica que se simboliza en la semana santa de Lorca-: por un lado la caballería del Triunfo la componen diez jinetes; por el otro la enorme carroza del Triunfo del Cristianismo. Tras esta primera parte de representación bíblica se inicia el cortejo religioso con la cruz alzada del sudario.
El Paso Negro desfila con el estandarte de la Virgen de la Soledad, el Tercio de Togas y la bandera del Paso.
El Paso Blanco inicia el cortejo con el estandarte guion del Rosario y las banderas del muy ilustre Cabildo de Nuestra Señora la Virgen de la Amargura. A partir de aquí, es desfile pasa a representar las escenas bíblicas de la misma manera que lo hacen en el Paso Azul. Primero lo hace el grupo de romanos: la infantería -¡los armaos!- el emperador Octavio César Augusto, en el trono cuando nació Jesús; los emperadores Teodosio I “El Grande”, Flavio Valerio Constantino, “El Grande”, Valerio Liciniano Licinio y Marco Aurelio Majencio.
Tras este grupo, le toca el turno al de Santa Elena y Constancio Cloro, padres del emperador Constantino -primer emperador que detuvo la persecución de los cristianos y permitió la libertad de culto al cristianismo y a todas las demás religiones en el Imperio romano-, escoltados por la caballería romana -seis jinetes- y seguidos por la caballería imperial, que escolta a los emperadores más crueles en su persecución a los cristianos: Diocleciano, Galerio, Maximiano, Maximiano Daza y Juliano el Apóstata.
Les sigue Nabucodonosor, rey de Mesopotamia, responsable de la deportación y exilio del pueblo de Israel. En este grupo están Ester y el rey persa Asuero en sendas bigas con su escolta de caballería de ocho príncipes. No pueden faltar el grupo de las tribus de Israel que ponen en escena varios pasajes del Antiguo Testamento; el grupo del Rey David; el grupo del rey Salomón y el de la reina de Saba con su corte de damas, sacerdotisas, esclavas….
Como lo hace el Paso Azul, tras esta primera parte de representación bíblica, sigue el cortejo con su bandera, el estandarte de San Juan Evangelista y los nazarenos. Dan paso a la caballería de la visión de San Juan; la carroza de La Destrucción del Espíritu Malo -llamada la Bola, por el globo terráqueo que la corona- inspirada en diferentes pasajes del Apocalipsis; los Cuatro Jinetes del Apocalipsis; el trono de San Juan Evangelista; los estandartes de La Oración del Huerto; del Santísimo Cristo del Rescate y el de la Santa Faz; los tronos de la Santa Mujer Verónica con su escolta; el estandarte de la Virgen de la Amargura; el tercio de Nazarenos del Rosario; el trono de la Santísima Virgen de la Amargura y los mayordomos de escolta de esta Virgen.
Impresionante, ¿verdad? Es un espectáculo que hay que ver alguna vez en la vida. La riqueza de los trajes y mantos, sus bordados espectaculares, las carrozas y caballos hacen que el espectador viva la procesión inmersa en la historia. Y aunque es largo… ¡pasa en menos que canta un gallo!
Para mucha más información, estos son los enlaces a los cortejos de los diferentes pasos: Paso Encarnado; Paso Morado; Paso Azul; Paso Negro; Paso Blanco; y para rematar, aunque sea de 2019, el programa del Cortejo. Ayuda a situarse a quien no ha estado en estas procesiones o a quien no ha oído hablar de ellas.
Nosotros también vamos este año…¡os lo contaremos!
(La información y las fotos del Cortejo que hemos manejado para redactar este post es de la web del ayuntamiento de Lorca. Otras fotos: bordado lorquino negro; bordado lorquino fucsia😉