Vivat academia

Junio es mes de exámenes y tribunales, pero también de fin de curso, graduaciones, celebraciones y vacaciones. En muchas facultades y, ahora ya en casi todos los niveles de la educación, se organizan ceremonias de fin de carrera (¡¡de guardería, colegio o instituto!!) en las que los alumnos recién licenciados reciben la beca que les acredita hoy como graduados. Si, beca, que no es sólo una subvención para estudiar o investigar sino, además, esa “banda de tela que, como distintivo colegial, llevaban los estudiantes plegadas sobre el pecho y con los extremos colgando por la espalda y que hoy sólo se usan en ciertos actos” (RAE).

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Hoy en día, más que por ceremonia de fin de carrera, las conocemos como graduaciones: las de tirar el birrete al aire. No es, sin embargo, esta costumbre ni española, ni antigua: viene de los Estados Unidos. A principios del siglo XX los guardiamarinas de la Academia Naval de Annapolis, Maryland recibían, al terminar su preparación y formación, una gorra nueva que les acreditaba un mayor grado. Parece ser -aunque sea creencia popular- que los estudiantes al terminar la ceremonia tiraban su gorra de estudiante al aire, y se ponían orgullosos la nueva, marcando con el gesto el ascenso.

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Es lo que hemos copiado, como otras muchas cosas, por su vistosidad y el acto ha acabado por imponerse en muchas universidades, especialmente en las privadas. Pero hay ceremonias de fin de carrera: nada más clásico que las de las facultades clásicas. Para el post de hoy nos va a servir de guía la celebrada este sábado pasado en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.

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El acto estaba convocado a las 16.30 h. en el Anfiteatro “Ramón y Cajal” situado en la tercera planta del edificio. Los profesores convocados, todos ellos doctores en su materia, se reunieron media hora antes del inicio de la ceremonia en el Salón de Grados de la Facultad para vestirse.

El traje académico de larga tradición,  lo componen varias prendas :

La toga
o también traje talar -porque su origen es eclesiástico y llegaba hasta los talones- es de paño negro, con las vueltas de las mangas de raso y bastante largo: debe quedar a unos 30 o 35 cm del suelo. En la espalda y desde la cintura, lleva una serie de pliegues. Bajo la toga se viste traje negro y camisa blanca con corbata. También pajarita blanca en actos muy solemnes.

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Las puñetas o vuelillos

La togas de los doctores llevan llevan puñetas o vuelillos de encaje en la bocamanga. El encaje se remata con un vivo del color de la carrera a la que pertenezca el doctor. Salvo en las de la toga de Rector: el color bajo el encaje será rosa.

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La muceta
Aunque en origen era una capa -básicamente contra el frío- esta prenda ha ido achicando su tamaño hasta quedar reducida a una esclavina o capa corta que se abotona por delante.

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La capa original llevaba capucha para taparse la cabeza, pero el uso de otro tipo de prendas de cabeza hizo, con el paso del tiempo, que acabara utilizándose sólo para llevar en ella títulos o pergaminos o, según otras fuentes, propinillas para los profesores, que de siempre han estado mal pagados. Ese uso está hoy reflejado en la especie de manga o saco cerrado, llamado cogulla, que conserva, y que se aprecia al desplegar la muceta. Una vez puesta sobre los hombros, queda un pliegue, donde podría guardarse el título de licenciado a modo de recuerdo.

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El birrete
El birrete -ese que tiran al aire los graduados o licenciados que hemos mencionado antes- es hexagonal, de raso negro y sin flecos, aunque sí lleva una borla de seda del color de la Facultad.
El que llevan los doctores es de forma octogonal, forrado de raso negro, con los flecos del color de la facultad alrededor de toda la pieza. En la parte superior lleva una borla que cubre todo el birrete y que es del mismo color que los flecos. Si la persona que lo luce es doctor por varias facultades puede mezclar tanto borla como flecos con los colores de cada una de ellas. A partes iguales.

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La medalla
No hay una única. Dado que definen rango y honor de la personas que la lucen, pueden ser de Rector, de Doctor, de Profesor u honoríficas. Cuelgan de un cordón que también marca la diferencias entre unos y otros:
-cordón de Rector: es de seda de color negro e hilo de oro;
-cordón de Vicerrector: también de seda negra, pero con hilo de plata;
-cordón de Decano: de seda y del color de la Facultad e hilo de oro;
-cordón de Vicedecano: de seda y del color de la Facultad e hilo de plata.

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 Medallas de Doctor y de Catedráticos (medicina y farmacia)

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Placa al Mérito Militar sobre la muceta

Guantes blancos
Simbolizan pureza y ecuanimidad. Deberían ser de cabritilla de color blanco.

Acto de fin de carrera

Vestidos y con el birrete en la mano, los doctores entraron en el auditorio en procesión académica y accedieron a la presidencia. Esperaron, como deben, a que el Rector les mandara “sentaos y cubríos” pues mantenerse cubierto es un privilegio y el reconocimiento a su dignidad.

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Tras la apertura del acto por parte del Decano de la Facultad intervinieron los padrinos de la promoción, los representantes de los alumnos, el vicedecano de hospitales y  la gerente del hospital en donde los alumnos han hecho su residencia.

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Después se llevó a cabo imposición de las becas. Se llamó a los alumnos a subir al escenario y puestos en fila ante la mesa presidencial fueron recibiendo la beca de sus profesores. Algunos de ellos habían pedido específicamente que fuera un determinado profesor quien se la impusiera. Y se atendieron todas las peticiones. Dos alumnos leyeron el JURAMENTO HIPOCRÁTICO en nombre de la promoción y el Sr. Decano cerró el acto.

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Como en todo acto académico que se precie lo último es entonar el “Gaudeamus Igitur“: el himno académico que no falta en ninguna ceremonia solemne y cuyo origen no es precisamente muy “académico”.
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Era una canción –De brevitate vitae (‘Sobre la brevedad de la vida’)- que cantaban los estudiantes en las universidades alemanas en sus juergas estudiantiles a mediados del siglo XVIII. De hecho, no se cantan todas sus estrofas porque el contenido no es nada edificante. El sábado, como podéis apreciar e el programa, se cantaron la primera y la cuarta, que es lo habitual. Este es el texto traducido Gaudeamus Igitur.

 

(Fotos: archivo propio; http://www.unav.edu/; http://rohaut.blogspot.com.es/;http://www.bioeticanet.info/)