Vivir en las redes y desvirtualizar en Zaragoza

Es bastante habitual oír que los jóvenes de hoy viven una «vida virtual» porque se pasan el día enganchados el móvil y a las redes sociales. No hay padre que no advierta a sus hijos una y mil veces que tengan cuidado con quien entablan amistad en estos «sitios» por que allí nada es lo que parece y cualquiera puede ser quien quiera ser. No vamos a hacer una defensa a ultranza de las redes sociales pues de todo hay en esta vida y todos conocemos casos tremendos -gente hay que se conoció por internet y acabó casándose- pero sí contar una historia muy particular que nació en las redes y se materializó este fin de semana y que no es sólo lo que parece, sino que es, justo y exactamente lo que se ve.

El sábado, 15 de mayo, un buen puñado de protocoleros nos hemos juntado en Zaragoza para disfrutar de las personas. Si: durante muchos meses, años en algunos casos, nos hemos visto en las redes sociales todos los días. Hemos sido arrobas y avatares que han compartido profesión, reflexiones, experiencias… pero muchos no nos habíamos dado un abrazo de verdad en la vida real.

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Tener Facebook, web, bloguear o tuitear se supone que te llena la vida de amigos y proporciona mucha diversión y entretenimiento. A los protocoleros de la red nos ha dado además, la oportunidad de compartir experiencias y hablar y difundir el protocolo porque nos gusta.  Pero, especialmente,  la posibilidad de juntarnos fuera de espacios cerrados -escuelas, asociaciones, agencias, instituciones-  y lugares comunes sin tener que desplazarnos y sin estar pendientes de horarios -que en esta profesión son el gran inconveniente-, para comentar de lo que nos gusta sin ataduras, prejuicios o postureo. Hemos adoptado al protocolo, disciplina con fama de rígida y de antigua, la gran ventaja que tienen -estar en un espacio global- para compartir vida y participar de todos en cualquier momento. Y lo hemos ido haciendo sin más intención que disfrutar de otros compañeros de profesión, de otras experiencias, de otros modos, de otras opiniones. Simplemente.

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Seguro que otros grupos de profesionales también podrán contar algo parecido pero en este nuestro, es raro: ¡es muy raro! Acostumbrados a lidiar casi siempre solos, en un espacio profesional en muchos casos tan rancio como se le presupone,  la amplitud infinita de las redes nos ha dado las alas necesarias para volar fuera del encorsetado, ése que nos achaca el desconocimiento general -y que no lo da el protocolo como disciplina, sino el ámbito en el que se desarrolla y las personas que lo utilizanmal- para encontrarnos por los cielos protocoleros y pasar grandes ratos de charlas, debates e intercambio de pareceres tan fructíferos como placenteros; para enseñar que esta es una bonita profesión que tiene mucho de física -no hay profesional sin formación-  y mucho de química -¡somos la chispa de los actos!-; para demostrar que la red es un instrumento muy potente para la difusión ¡incluso de esta profesión! y, sobre todo, que no hay barreras: ni para el protocolo, ni para el protocolero. Una piña de avatares sin más pegamento que las ganas de estar juntos.

Convocar -por la red, ¡claro que sí!- a gentes de varias Comunidades Autónomas a ponerse cara en Zaragoza con la excusa de una muy protocolera exposición sobre el rey Fernando II de Aragón puede parecer una locura, pero ha sido un acierto. Un acierto de organización, un acierto de programa, un acierto en su conjunto. ¡Parece que bajo el manto de Fernando lo habitual es unirse: pueblos o personas, ¡da igual!! ¿Lo hicisteis a propósito Javier Carnicer, José María Gimeno, Jose Ignacio Asensio, Jose Luis Angoy, Francisco González y Gemma Fernández-Ges? En protocolo, la gran herramienta a dominar es la capacidad  para unir orígenes, escenarios, personas, ideas, propósitos… con el hilo de la mucha habilidad,  en un único sentimiento: llevarse el acto pegado a los sentidos y salir por la puerta con el «alma flotando». Y eso es justo lo que ha hecho este «comando mañico», como muy bien los definió @FerArOt: chutarnos el protocolo en vena.

organización

Gracias al esfuerzo e ilusión de @abegea, @Car_GoMi y @BeaFreixas, @FerArOt, @MariaPSC, @Yamatriain, @DalacPilar, @SusanaRozasBerb, @mdv70, @JuliaAlonso, @gde_protocolo  se hicieron personas y aunque vayamos a seguir piando por la red hemos podido comprobar, a abrazo limpio, que Belén Egea, Carmen Gómez Miranda y Beatriz Freixas son las mejores anfitrionas que cabía imaginar y Fernando Ares, María Gómez Requejo, Yolanda Amatriain, Pilar Sánchez Dalac, Susana Rozas, Marta Domenech y Julia Alonso unos entrañables compañeros de profesión, pero, y por encima de todo, unas maravillosas personas.

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¡Gracias a todos: han sido unas jornadas para no olvidar jamás!

1504402_827488630665652_4846015780245924251_o   @maritaserna para Protocolo a la Vista

Fotos: Manuel Clavero y propias