Yo soy terrorista con las banderas
Además de serlo, de verdad, es que es la suma -ese juego de palabras semanal- de los títulos de las entradas más vistas esta semana.
Aunque el post sobre las banderas se publicara antes, la entrada sobre el comentario del Ministro Margallo acerca de los “de protocolo” se ha llevado la palma. En este blog y en todos los blogs de protocolo. Desde que empezó a correr como la pólvora por la red, la comunidad protocolera empezó a quejarse, a difundirlo, a protestarlo. Ya sabemos que la nuestra no es precisamente una profesión de esas de reconocido prestigio y admiración, y estamos acostumbrados a que no se valore, aunque eso no quite para que peleamos porque se conozca y aprecie. Lo que no sabíamos era que, además de ser unos desconocidos, también éramos “terroristas”. Eso fue lo que nos llamó el Ministro: eso es lo que cree que es la profesión. No fue ni siquiera original en la comparación, pues ya el Papa Francisco había soltado esa misma gracia antes, pero es que es el responsable de los asuntos exteriores de nuestro país. El suyo es uno de los ministerios donde el protocolo se escribe con mayúsculas.
El bombardeo de comentarios en los blogs puso en marcha la maquinaria de la protesta oficial y la AEP -la Asociación Española de Protocolo– se quejó de la comparación en carta al Ministro, que reconoció que no había estado fino en la comparación. Lo agradecemos, claro. Pero habría estado aun más fino si se hubiese ahorrado el comentario. Desde aquí, desde luego, seguiremos difundiendo el trabajo de los protocoleros y tratando de explicar de forma sencillo a qué nos dedicamos y así lo publicamos en este post: yo soy terrorista.
La segunda entrada que más han visitado nuestro seguidores esta semana trata de la bandera europea. En muchos ayuntamientos de nuestro país, los correspondientes plenos, aprobaron bien retirarla o bien arriarla a media asta, para mostrar su desacuerdo con el convenio firmado entre la UE y Turquía con respecto a los refugiados. Puro postureo. También nosotros, los españoles de esos pueblos de ayuntamientos protestones, somos europeos. Nos castigamos a nosotros mismos, y a la vez, desordenamos nuestras otras banderas que ondeaban con la europea y nos inventamos un luto para arriarla que no siquiera existe. El despropósito es mayúsculo. Así lo hemos contado esta semana.
En fin, una semana, francamente densa. A ver qué nos depara la que empieza hoy: ¡que sea feliz para todos!
(Fotos: la vanguardia.com y Pilar Muiños)