Concert Code

Este blog sostiene la teoría de que “hacemos protocolo todos los días, todos nosotros”: al fin y al cabo, protocolizar es ordenar: poner negro sobre blanco una serie de acciones a realizar en el orden adecuado para que se alcance el fin que se persigue con dichas acciones y se obtenga el mejor resultado posible.

¿Alguno se ha dado cuenta del lenguaje universal que “hablamos” en un concierto de música clásica? Un lenguaje, o un código, mediante el que mandamos y recibimos señales, que todos entienden.  Si entendemos “dress code” para un evento, ¿hay un código no escrito para nuestra manera de proceder en un concierto? ¿Cuántos aspectos protocolarios somos capaces de reconocer en el tiempo que dura? A ver si estamos de acuerdo:

1. Etiqueta: músicos y director lucen un frac. Si no llega a ese grado de formalidad máxima -que raras veces es así- visten traje oscuro. Las mujeres, también visten de negro, habitualmente trajes largos -algunas, especialmente violoncellos y contrabajos, pantalones anchos- con telas de crepe, encaje o gasa. De gala.

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  1. Cuando el director entra en el escenario se ponen de pie para saludarle. Él, por su parte, saluda primero al “concertino” y luego a su orquesta con un ligero movimiento de cabeza. Si hay solistas les presenta al público.

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  1. Entre “alegro” y “andante” se suelen dejar unos segundos para las toses y carraspeos, para el acomodo de instrumentos y para tomar un respiro. El público no aplaude: sabe que no es el momento.
  2. Los aplausos se reservan para el final de las piezas: cuando los violines levantan el arco.

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  1. Al terminar cada una de ellas, el director agradece su interpretación a los solistas o a los músicos más destacados y mientras el público aplaude va pidiendo a cada uno de ellos que se ponga de pie para recibir su merecida ovación. Los músicos, por su parte, aplauden a solistas o al director, aplaudiendo con su instrumento.

  2. Se aplaude mucho o poco en función de lo que ha gustado el concierto y cuando el director deja el escenario, si la pieza ha gustado mucho, se sigue aplaudiendo, pidiéndole así que regrese para seguir felicitándole mediante el aplauso, que arrecia cuando aparece de nuevo en escena.

  3. Si el escenario tiene espacio detrás -tribuna- para público, los músicos se giran hacia ellos cuando notan que de ahí llegan más ovaciones: darán la espalda a la sala, pero la tribuna se volcará en ellos.

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  1. Cuando acaba el concierto, el público, si está admirado, emocionado, abrumado y encantado, aplaude con fuerza. Es normal gritar “bravo” y ponerse en pie. Se hará durante el rato que la sala estime que lo merecen los músicos, obligando a director y solistas a entrar entrar y salir del escenario en varias ocasiones. Volverán a felicitarse los unos a los otros con un buen apretón de manos.

9 Y: si el público pretende un “bis” aplaudirá y aplaudirá hasta que ceda el maestro y acepte dar una propina… ¡o dos!

¿Lo pone en algún manual? No. Pero lo hacemos y nos entendemos todos dentro de la sala. (En otros conciertos, ¡otros códigos! Que lo uno, no quieta lo otro).

(Fotos: archivo propio)