
El cónclave: la estrella de estos días
Cónclave es la reunión del Colegio Cardenalicio en periodo de Sede Vacante, para elegir un nuevo Papa. La palabra cónclave deriva de la expresión latina cum clavi, es decir, encerrados con llave. Este procedimiento lo implantó en 1274 el Papa Gregorio X. Durante los primeros siglos, al Papa lo elegían el clero y la comunidad de Roma en presencia de los obispos más cercanos. En 1059, el Papa Nicolás II determinó que la elección la hicieran los cardenales y en 1179, el Papa Alejandro III añadió que eran necesarias las dos terceras partes de los votos para que fuera válida.
¡Al cónclave!
El cónclave se convoca entre los días quince y veinte después del fallecimiento del Papa, y una vez hayan llegado a Roma todos los cardenales. Actualmente la única fórmula de votación válida es el escrutinio y sólo pueden votar los cardenales menores de 80 años. El número máximo de electores no debe pasar de 120.
Todos los Cardenales con derecho a voto convocados por el Decano están obligados a acudir al cónclave a no ser que estén imposibilitados por enfermedad u otro impedimento grave. Se alojan en la Casa de Santa Marta (Domus Sanctae Marthae) desde el comienzo del proceso de elección. Esta hospedería la mandó construir Juan Pablo II a fin de alojar juntos a todos los Cardenales Electores y salvaguardar así el recogimiento necesario y está dentro del propio recinto del Vaticano.
Una vez fijado el día de comienzo del cónclave, la mañana de su inicio se celebra una misa votiva, Pro eligendo Papa, en la basílica de San Pedro. Por la tarde, los cardenales entran en procesión en la Capilla Sixtina. El maestro de ceremonias pronuncia entonces el Extra Omnes: es decir, pide que salgan de la capilla todos los que no tienen nada que ver con el cónclave. Acto seguido juran tanto mantener en secreto cuanto allí se trate , como que elegirán al nuevo Pontífice con plena libertad. Esa misma tarde se vota por primera vez.
Votar en el Cónclave
A la mañana siguiente, después de la concelebración y de la invocación del Espíritu Santo, se procede de nuevo a la elección. Para ello, se utilizan unas papeletas que se entregan a cada cardenal en cada una de las votaciones. En ellas escriben el nombre de su elegido, la doblan y se acercan al altar a depositarla en la urna haciendo el siguiente juramento:
“Pongo como testigo a Cristo Señor, que me ha de juzgar, que he dado mi voto a aquel que, según Dios, creo debe ser elegido”
Una vez depositados todos los votos, se abre la urna y tres escrutadores cuentan las papeletas. Si el número de las mismas corresponde al número de votantes se efectúa el recuento y se procede a la lectura. Las papeletas se van ensartando en un hilo, según se desdoblan y se leen. Efectuadas la votación y el recuento las papeletas se queman en una estufa cuyo humo saldrá por una chimenea de la Capilla Sixtina.
Si alguno de los candidatos ha obtenido la mayoría necesaria y, por lo tanto es elegido Papa, saldrá humo de color blanco.
Si por el contrario, no se ha alcanzado la mayoría necesaria, el humo será negro y habrá que continuar con el proceso de elección. En un mismo día se repetirán las votaciones hasta cuatro veces, dos por la mañana y dos por la tarde.
¿Cuánto dura el cónclave?
Si pasan tres días sin resultado positivo, se hace una pausa de un día para reflexionar y orar ayudados por la exhortación espiritual que hace el primer Cardenal de la Orden de los Diáconos.
Si después de otra tanda de votaciones no se ha llegado tampoco a la elección del nuevo Papa, se hará una nueva jornada de oración y reflexión, esta vez dirigida por el primer Cardenal del Orden de los Presbíteros.
Acabada esta segunda jornada de oración, se procede a otra eventual serie de escrutinios, seguida, si no hay resultado positivo, de una tercera pausa de oración y de exhortación por parte del primer Cardenal de la Orden de los Obispos.
Si transcurridas estas votaciones tampoco se ha elegido Papa, el Camarlengo invitará a los Cardenales a expresar su parecer sobre el modo de actuar. Este posible modo de seguir debe incluir una elección válida.
Benedicto XVI modificó el pasado día 26 de febrero la norma para que en todas las votaciones el candidato sea elegido por 2/3 de los votos
Para los más curiosos, adjunto al final el enlace al documento Moto Proprio de Benedicto XVI con las últimas modificaciones.
Sobre el procedimiento, el Papa Benedicto XVI publicó una carta apostólica en forma de motu proprio –Normas Nonullas– en el que modifica algunos aspectos del establecido por Juan Pablo II. Si os interesa, este es el enlace al mismo.