En la calle…¡hace frío!

Cuando tengamos que organizar un acto en el exterior antes de ponerse manos a la obra, hay que darle unas vueltas al asunto.

Primero y principal, conviene tener claro si hay o no que organizar dicho acto. Al ser en el exterior hay que tener en cuenta que la dificultad técnica es mucho mayor, lo que se traduce en un gasto mayor. Por tanto, tiene que compensar mucho o, lo que es lo mismo, tiene que tener un claro beneficio político, de empresa, de imagen…

Aceptada la necesidad, hay que diseñar muy bien el espacio escénico, hay que calcular los medios materiales que se precisan y hay que diseñar los movimientos protocolarios con la precisión de una coreografía de ballet. No podemos olvidar que en la calle, en el campo, en mitad de una autopista,…. las condiciones de trabajo son malas: es más que probable que haya que llevar mucho material para acondicionar el espacio elegido. Y mucho no es una carpa, un micrófono o mil metros de cable.
Mucho es también pensar en la comodidad de los accesos, la dificultad del terreno, el difícil control de luz y del sonido, los aseos, el catering… No valen los conceptos manejados para espacios de interior, sólo vale pensar, que allí fuera no hay nada.

Y que las estructuras, conceptos y diseños que manejamos cuando pensamos en actos de interior no valen en estos casos: hay que repensar la puesta en escena para que resulte lucida. Es muy fácil que las buenas intenciones acaben en desastre.

(Ampliación de la autopista Francisco Fajardo en el oeste de Caracas)

 (Inauguración IKEA Valencia)
(Inauguración Plaza en Madrid)
(Inauguración gasolinera en Valladolid)(Primera piedra en Maó)
(Inauguración de un túnel en Río)