¡Esos brillos!
No es ninguna novedad contar, que para pasar por el plató, es imprescindible que antes “te den una manita de polvos”. Los focos, y toda la fuerza de la luz sobre los rostros de unos y otros se convierte en brillos al reflejar ésta en el sudor y humedad de la piel.
El ratito que se pasa en la sala de maquillaje es un momento de intimidad: hay que cerrar los ojos, echar la cabeza atrás y ponerse en manos del experto. Por ello, pillar a cualquier estrella de cine, personaje o autoridad en estas lides es siempre una tentación para el fotógrafo que busca salirse de lo habitual y quiere esa imagen especial, humana, de estas personas.
¡Buen fin de semana a todos!
(Foto: Peter Macdiarmid/Getty Images Europe)