Firmar a discreción en un atril de Honor

Nuestros seguidores le han otorgado sus favores esta semana a las entradas más técnicas: las de la teoría. Me parece estupendo que haya interés por detalles que en general pasan desapercibidos pero que son importantes para darle mejor y mayor visibilidad a lo que estamos organizando.

Pues, ¿qué es un atril? El típico mueble que no dice ni fú, ni fá, pero qué, y ahí reside la grandeza de este trabajo, puede ser la pieza más importante en un acto. No sólo será el punto en el que converjan todas las miradas,  también el lugar donde trascurre parte de la acción: ¡entregas de premios, conferencias, desayunos de prensa, graduaciones, ruedas de prensa….! En «Atriles a discreción…» vimos, que con poner algo más de cuidado, con darle un par de vueltas al asunto, el resultado puede ser muy diferente!

http://protocoloalavista.com/2013/07/02/atriles-a-discrecion/

Rueda de Prensa turco-germana

¡Aunque para pieza pequeña, nada como un Libro de Honor! Algunos hay que son joyas, pero otros no hay por donde agarrarlos. Y tanto si es un acto por sí solo, como si forma parte de un programa más extenso, en ambos casos hay que «mimarlo». Para hacerlo mal, ¡mejor lo dejamos! La imagen tiene que ser limpia, los firmantes deben poder hacerlo con comodidad y se le tiene que dar la relevancia que tiene. «Firmar en el Libro de Honor» no es una «de esas cosas» que se hacen. Tiene un sentido y un significado. No es cualquier cosita…

http://protocoloalavista.com/2013/07/03/firmar-en-el-libro-de-honor/

Firmando de mala manera